La llegada de la temporada cálida trae consigo el deleite de estar al aire libre, pero también la molesta presencia de mosquitos que pueden arruinar una tarde en el jardín o un evento al aire libre. Sin embargo, existe una solución natural que combina belleza y funcionalidad, ideal para ahuyentar a estos insectos sin sacrificar la estética de tu espacio.
La flor de crisantemo, un aliado tradicional en el combate contra estos intrusos, es la clave para disfrutar de un ambiente placentero y libre de picaduras.
¿Dónde colocar los crisantemos para ahuyentar mosquitos?
Los crisantemos pueden ser una solución natural para mantener a los mosquitos alejados de tu hogar. Estas flores contienen fitoquímicos que dificultan que los mosquitos se alimenten de ellas, lo cual puede ayudar a reducir su presencia en el interior de tu casa.
Para maximizar su efectividad, coloca los crisantemos en puntos estratégicos de entrada a tu vivienda, como cerca de ventanas y puertas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que su eficacia no es absoluta. Según un informe de la agencia Consumer Reports de Estados Unidos, aunque esta planta puede contribuir a mantener los mosquitos alejados, no garantizan que no aparezcan en tu jardín o que no te piquen.
Estudios científicos revelaron que estas flores actúan como reguladoras de la resistencia de estos intrusos, posiblemente al suprimir la producción de metabolitos secundarios que usan para defenderse. Por lo tanto, para obtener mejores resultados, es recomendable contar con varias plantas de crisantemo en tu entorno.
¿Qué significados tienen los crisantemos?
Los crisantemos tienen una rica carga simbólica que varía según la cultura y el contexto. En el lenguaje floral, estas flores emblemáticas representan la alegría, la perfección y la eternidad, pero es en su diversidad cromática donde se encuentran sus significados más profundos, explicó el sitio especializado Verdissimo.
En la tradición occidental, el blanco es un símbolo de dolor profundo ante una ruptura amorosa, mientras que el rosa expresa la fragilidad de una relación amorosa. Por otro lado, el rojo es una declaración apasionada de amor. En contraste, el amarillo simboliza el rechazo amoroso y el violeta representa el dolor ante la idea de perder a la persona amada. El azul indica que el amor ha terminado y el dolor de la ruptura está superado, mientras que el naranja simboliza un amor delicado.
Por otra parte, en Asia, especialmente en Japón, tienen una connotación positiva que abarca la vida, la felicidad, la longevidad y la juventud. Además, también se asocia con la sinceridad y la honestidad, mientras que también son ampliamente utilizados en funerales y tumbas, donde representan el respeto y el honor hacia los seres queridos fallecidos.
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