La trayectoria política de Miguel Ángel Yunes Márquez ha sido tan vertiginosa como controvertida; en 20 años fue diputado local plurinominal panista, dos veces presidente municipal de Boca del Río, y candidato a gobernador y al Senado; perdió estas dos últimas elecciones, aunque será representante de Veracruz en la Cámara Alta por primera minoría.

Yunes Márquez ha experimentado un ascenso relativamente rápido. Es parte de una generación de políticos veracruzanos, a quienes las candidaturas se les han dado de manera más o menos fácil: en 2018 fue abanderado de la alianza PAN-PRD-MC al gobierno veracruzano, cuando su padre, el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ocupaba el Poder Ejecutivo.

Seis años después, en 2024, fue candidato una vez más, ahora al Senado por la coalición PAN-PRD-PRI; de nueva cuenta perdió frente a Morena, pero se convirtió en senador electo al encabezar la primera fórmula de la primera minoría.

Han pasado siete años de aquel pronunciamiento durante un mitin en Xalapa, cuando el entonces alcalde boqueño, se lanzó en un discurso belicoso, pendenciero, contra el entonces dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como “viejo guango” y corrupto por el caso de la ex diputada Eva Cadena, sorprendida y grabada en video presuntamente recibiendo 500 mil pesos como “donativo” para Morena.

Probablemente en ese momento el hijo del gobernador en funciones consideró que un discurso en ese tono abonaría a su inminente campaña por la gubernatura y provocaría el escarnio público contra López Obrador; no fue así; este episodio, pensado quizás como un impulso para sus aspiraciones futuras, no logró el efecto deseado y Yunes Márquez acabó enfrentando derrotas electorales tanto en 2018 como en 2024.

Hoy, la situación legal de Miguel Ángel Yunes Márquez se ha complicado considerablemente. Enfrenta una orden de aprehensión, una solicitud a Interpol para su captura, y una alerta migratoria, debido a acusaciones relacionadas con el uso de documento falso, falsedad ante la autoridad y fraude procesal. Aunque estos delitos no conllevan prisión preventiva oficiosa ni penas graves, la orden de aprehensión pone en riesgo su carrera política inmediata.

En medio de esta tormenta judicial, Yunes Márquez ha señalado que las acusaciones en su contra son parte de una estrategia política orquestada por Cuitláhuac García, mandatario en funciones; y Rocío Nahle, gobernadora electa. Sin embargo, estas afirmaciones parecen más un recurso mediático que una defensa efectiva ante las acusaciones formales.

Este caso subraya una verdad incómoda en la política: aquellos que fueron agresores en el pasado pueden terminar siendo víctimas en el futuro; Miguel Ángel Yunes Márquez es hijo de quien en su momento lideró una intensa persecución contra funcionarios del gobierno anterior, el de Javier Duarte; ahora se encuentra en una posición vulnerable, enfrentando las consecuencias legales de sus propios actos.

El cielo político de Yunes Márquez parece nublarse rápidamente, con una orden de aprehensión que amenaza su estabilidad y futuro político. Aunque las acusaciones actuales no son de gravedad extrema, su impacto en su reputación y su carrera política es innegable.

@luisromero85