Es claro que la próxima gobernadora de Veracruz ha empezado el cobro de facturas, ¿pero el ajuste de cuentas solo será contra los Yunes azules? Por lo que se sabe, no. Tendría que haber preocupación hasta en varios de los de «casa».

Lo anticipamos a buen tiempo: nadie que haya estado ligado directamente a Cuitláhuac García tendrá que ver con la gobernabilidad o con decisiones políticas de importancia en el gobierno de Rocío Nahle.

A la última pieza que pudo haber sido tomada en cuenta le acaban de dorar la píldora, pero en la realidad lo relegaron.

Es el caso de Juan Javier Gómez Cazarín, a quien le dieron calor al anunciar que será el delegado de la Secretaría de Gobernación, sin embargo no pasa del calorcito.

Tendrá que esperar a ver si más adelante llega la oportunidad de estar en un cargo en el que en verdad tenga juego político e influya en decisiones.

Pero no ha caído la última pieza de la gente de Cuitláhuac, faltaría uno, podrán decir algunos con relación a Esteban Ramírez Zepeta, el dirigente de Morena, pero el joven presidente del partido en el poder ya fue ubicado drásticamente desde que lo pusieron como candidato a diputado local… suplente.

Y los que están en este gobierno y repetirán para el próximo nada tendrán que ver con las decisiones de importancia política y su continuidad no se debe a una petición del gobernador saliente.

¿Esto tiene que ver con una mala imagen que tiene Nahle sobre Cuitláhuac y la mayoría de sus principales colaboradores? Sí, no hay de otra.

Recuérdese que tras quererle arrebatar la candidatura y fracasar rotundamente los personajes cercanos al gobernador saliente hicieron todo lo posible por quedar bien con la en ese entonces secretaria de Energía.

Supuestamente le pusieron a su favor a miles de maestros, le acercaron a presidentes municipales de oposición, le ofrecieron recursos e hicieron proselitismo a su favor (la mayoría únicamente al iniciar la campaña, luego arriaron banderas…) y de nada les sirvió.

¿Con el enfriamiento ahí morirá todo? Por cuánto hace a los que directamente le pelearon la candidatura puede suponerse que sí.

Pero hay otros cercanos o colaboradores en segundo plano del actual gobernador que deberían estar preocupados.

De acuerdo a lo que ha ido trascendiendo algunos servirán de ejemplo para mandar el mensaje de castigo a quienes han entregado malas cuentas.

Y no porque ya no estén en el gobierno, al irse antes para no enfrentar el cierre y los procesos de entrega-recepción están a salvo.

Ya veremos si dentro de poco algunos deciden desaparecer del mapa veracruzano.