La desaparición de la Fuerza Civil es un mensaje de Rocío Nahle con varios destinatarios. No fue la voluntad del gobernador del estado, sino una decisión de la gobernadora electa.
No se busca depurar a la policía, sancionar a los malos elementos ni establecer una nueva estrategia de seguridad pública, la cual nunca existió. El propósito es otro.
Con la desaparición de la Fuerza Civil se pretende esconder muchos cadáveres en el clóset de la impunidad. Cuando las autoridades requieran información respecto de la corporación, la respuesta será muy simple: no existe esa información porque la institución ya no existe.
Lo mismo pasó, por ejemplo, con la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar. Tras su extinción, el Insabi se ha negado a entregar información solicitada vía transparencia, al argumentar que, a partir de su extinción el 1 de junio de 2023, solo se está encargando de resolver pendientes jurídicos y “carece de facultades” para cumplir con el resto de obligaciones de una institución, como lo es la transparencia.
Lo mismo se pretende hacer con la Fuerza Civil, pero no sólo en materia de transparencia sino también en muchas otras responsabilidades de carácter civil y penal.
En su supina inocencia, el gobernador Cuitláhuac García admitió que a lo largo de su sexenio la Fuerza Civil cometió diversos abusos como violaciones, torturas y privaciones de la libertad, casos que fueron documentados por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Incluso, refirió que él mismo fue víctima de sus elementos cuando participó de las manifestaciones en contra de la reforma educativa. Entonces, ¿por qué permitió que continuaran los abusos por parte de la corporación? ¿Por qué no se han realizado las denuncias correspondientes si cuenta con información confiable? ¿Por qué todo se lo han dejado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos?
Al anunciar la decisión, dijo que todo ello le dio «la razón para decir hasta aquí, no más», razón por la cual determinó desaparecer a la corporación. Incluso, reveló que Asuntos Internos de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP) ya ha implementado 50 sanciones en contra de estos elementos.
¿Cuáles son esas sanciones? ¿A quiénes? ¿La desaparición forzada y el abuso policial amerita suspensión de tres días como ha sucedido en la mayoría de los casos?
Los abusos que CEDH ha constatado, cabe destacar, datan de al menos desde 2019, casi al inicio de la actual administración. García Jiménez refirió que, aunque fue víctima de la represión y del uso de la fuerza por parte de la policía estatal, antes de ser gobernador, nunca pensó en tomar venganza al llegar al Palacio de Gobierno, por lo que, explicó que la decisión de disolver la corporación de élite se tomó porque ya no podía seguir operando.
No se trataba de tomar venganza sino de imponer el orden y la legalidad. El gobernador habría incurrido en complicidad al conocer de los casos y no actuar en consecuencia.
Pero nada de esto hubiera sido posible sin la autorización de la gobernadora electa Rocío Nahle. A meses de entregar el poder, el blandengue gobernador no habría tenido los arrestos ni la inteligencia de tomar esta decisión si no fuera consultada y aprobada por la gobernadora electa.
La Fuerza Civil es una caja de Pandora. Podría ser incluso el origen –como lo fue con Javier Duarte- de un proceso judicial en contra de Cuitláhuac García por desaparición forzada. Casos hay muchos. Los elementos son los mismos.
En la misma línea, sería una herencia maldita para la próxima gobernadora pues tendría que lidiar con una institución corrompida y vinculada con el crimen organizado, además de enfrentar todas las denuncias que se siguen en contra de los elementos de la institución.
Al no existir la Fuerza Civil, al menos en el plano jurídico, muerto el perro esperan que se acabe la rabia. Lo siguiente es saber qué va a pasar con todos los elementos de la corporación. No todo está podrido; muchos se ellos tienen la formación y la capacitación necesarias, pero forman parte de una de las peores corporaciones del país.
Rocío Nahle ya está gobernando Veracruz. El que entendió, entendió.
Lima Franco, el Neri Vela de Sefiplan
En 1985, Rodolfo Neri Vela fue seleccionado para convertirse en el primer astronauta de México y primer representante de un país latinoamericano en una misión de la NASA. Era el ingreso de México a la era espacial.
Entonces, se decía con exquisita ironía, que una vez en la nave espacial, los astronautas norteamericanos de la NASA le advirtieron que podía observar el tablero de control pero que no podía tocar nada. Cuando intentaba hacerlo, recibía un sonoro manazo con la frase: “Don’t touch that!”
Bueno, pues lo mismo puede estar pasando con el actual Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, quien ha sido ratificado por la gobernadora electa Rocío Nahle para continuar en el cargo.
La fotografía del anuncio es muy elocuente: como sucedió con Cuitláhuac García, podrá ver el tablero de control, pero no podrá tocar nada. Esa será tarea de Rosaldo García, próximo Secretario de Egresos, originario de Coatzacoalcos, y persona de la absoluta confianza de la gobernadora electa.
Lima Franco ya conoce ese papel. Lo desempeñó con discreción y esmero a lo largo de seis años, a la sombre de Eleazar Guerrero, el personaje que realmente decidía en Sefiplan y quien impuso a la mayoría de los directores de administración del gabinete.
Eso coincide con el poco ánimo con el que el propio Lima Franco tomó la noticia y con las versiones que corrieron en el edificio de Sefiplan respecto de que su estancia será efímera, un año en el mejor de los casos, en tanto se cumple con la transición. Las apuestas corren respecto a cuánto durará en el cargo.
El actual secretario acompañaría a Rosaldo García en el proceso de reconocimiento de la administración estatal, además de compartirle los secretos del estado real de las finanzas y la manera en que operaba la actual administración. Lima es un hombre discreto, pero la institucionalidad será más fuerte. De eso dependerá su permanencia.
De aquélla famosa fotografía de los cuatro fantásticos –Lima Franco, Eleazar Guerrero, Zenyazen Escobar y Gómez Cazarín-, sólo el actual titular de Finanzas tiene boleto de entrada para el próximo gobierno. El resto sigue peleando con todo un espacio que les garantice olvido e impunidad a los pecados cometidos.
Tras su breve paso por la próxima administración estatal, la próxima estación de Lima Franco sería al lado de su amigo el secretario de Economía, Marcelo Ebrard o en la Secretaría de Hacienda, a recomendación de la gobernadora de Veracruz.
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