El sábado anterior circuló profusamente una lista con los nombres de posibles aspirantes a ocupar un lugar en el gabinete de Claudia Sheinbaum, pero que fue descalificada a priori. Y es que en ella aparece el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, como el próximo secretario de Gobernación.

Durante la campaña, Mario fue tundido un día sí y otro también por la candidata opositora Xóchitl Gálvez, que lo acusó de estar involucrado en el negocio del robo de combustible y daños al erario.

“Aunque Gálvez no ha aportado pruebas que sostengan su dicho, el presidente Andrés Manuel López Obrador está nervioso y junto con su equipo más cercano de colaboradores, decidió que Delgado se defienda él mismo. Ante la posibilidad de que surja la documentación que lo vincula al crimen organizado, el repliegue táctico presidencial equivale a un abandono político”, escribió el periodista Raymundo Riva Palacio el pasado 27 de mayo.

De entrada, la lista es lo más cercana a una fantasía porque Mario nunca ha sido santo de la devoción de Claudia y López Obrador lo ve con mucha desconfianza.

Pero por otro lado, parece real si se advierte que el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, iría como Subsecretario de Gobernación.

Si el gobierno federal le metió millones y millones a la campaña de la presidenta electa, Manuel Velasco no se anduvo con remilgos y puso a disposición de Sheinbaum parte de su cuantiosa fortuna.

Estos detalles son miel para Andrés Manuel que, así como abandona a su suerte a los que le estorban, sabe ser agradecido con quienes le sirven.

El problema es que desde el primer día, Manuel se convertirá en un poderosísimo Subsecretario de Gobernación que hará pomada al titular de esa cartera y será una seria amenaza para Claudia.

Pero lucubraciones aparte, lo cierto es que la lista real y verdadera con los hombres y mujeres del próximo gabinete la palomeo el señor presidente.

López Obrador le hizo ver a Claudia que para que la transformación continué, deben seguir en sus puestos quienes lo han acompañado en estos seis años. Y en ese sentido le dejó muy poco margen de maniobra a su sucesora.

Es decir, Claudia comenzará a gobernar con un gabinete impuesto y heredado.

Aunque no te extrañe lector que perverso como es, el tabasqueño cuele a una desagradable sorpresa y el 1 de octubre veamos a Cuitláhuac García Jiménez, ocupando la cartera de la Secretaría de Educación Pública. No hay que olvidar que el peor gobernador que ha tenido Veracruz en su historia es, como paradoja, el súper consentido de Andrés Manuel.

Si esto sucede, ojalá Cuitláhuac aproveche el regalo y busque asesorarse de buenos maestros que le enseñen las bondades de la sintaxis. Esto lo digo por el libro que piensa escribir y con el que pretende pasar a la posteridad y lograr un buen asiento en el sagrado Olimpo de la historia.

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