A cuatro meses de que termine el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la inversión en infraestructura pública en salud y educación se perfila como la que más disminuyó, mientras que la inversión dedicada al desarrollo de infraestructura para hidrocarburos y para el abastecimiento de agua potable repuntó su participación en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) detallan que al cierre de 2018, el último a cargo de Enrique Peña Nieto, la inversión física en Salud (hospitales, clínicas, quirófanos, camas, respiradores…) absorbió 2.4% de las inversiones en infraestructura del sector público, al cierre del pasado abril esta proporción fue 0.8%.

La inversión dedicada a Educación (escuelas, muebles, computadoras, software…) pasó de 0.9% de las inversiones a 0.1%, a lo largo del sexenio se mantuvo por debajo de 0.9% precisa Hacienda.

“En el caso de Educación y Salud, son recursos que han venido a la baja, al menos desde 2010, esto tiene implicaciones fuertes en el nivel de vida de las personas, porque es infraestructura social, la cual tiene como objetivo atender capital humano; tener personas con mejor salud, con mayor esperanza de vida, menos enfermedades”, explicó Christopher Cernichiaro, investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el caso de Educación, este tipo de infraestructura sirve para preparar personas que puedan unirse al campo laboral, pero si desde los niveles básicos se tiene una infraestructura y educación carente, será difícil que se tenga acceso a la educación superior, destacó el investigador de la UAM.

A diferencia de estos dos rubros, la inversión física en el sector hidrocarburos acaparó la mayor proporción de las inversiones de este gobierno. De 2018 a abril de 2024 las inversiones en infraestructura para hidrocarburos pasaron de 30% del total de esos recursos del sector público a 32%, tocando niveles de hasta 38.7% en 2021.

“En el caso de la infraestructura para hidrocarburos, quizás no es tan popular entre la opinión pública, pero este tipo de inversión genera un impacto en el crecimiento económico, lo que a su vez puede ayudar a los ingresos de una población, esta población al tener más ingresos puede tener la capacidad de contratar un seguro de gastos médicos, o pagar por educación privada, es la forma en que esta inversión puede cubrir huecos de la infraestructura social”, comentó Cernichiaro.

Explicó que los resultados de la inversión económica se ven en el mediano y largo plazos, como las refinerías.

Finalmente, las cifras de Hacienda precisan que para el abastecimiento, agua potable y alcantarillado, la proporción pasó de 3% a 5% del gasto en inversión física, tocando 5.9% en 2023, su nivel más alto en el sexenio.

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