Los camarones son los mariscos más populares, hay diversas formas de prepararlos y tener una nutritiva y deliciosa comida. Son una opción altamente saludable para aquellos que llevan una dieta equilibrada debido a su bajo contenido en grasas y calorías.

No obstante en algunos casos y bajo ciertas circunstancias, el consumo de camarones conlleva riesgos. Recuerda que este crustáceo, al igual que todos los alimentos, tiene que pasar por un proceso estricto de higiene y retirar aquellas partes que no pueden comerse como su vena de color negro (el intestino) o la cabeza.

A pesar de que muchos platillos incluyen la cabeza de los camarones, es mejor retirarla y no comerla, hay una explicación científica detrás, a continuación te la contamos.

¿Qué es lo que tiene la cabeza del camarón y por qué es malo comerla?

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), las cabezas de los camarones pueden contener cadmio, un metal pesado que en el largo plazo y tras ingerir grandes cantidades, puede provocar daño renal. Este metal tóxico puede acumularse por años en el cuerpo humano sin ser procesado, hasta que finalmente causa un perjuicio en la salud. También puede provocar desmineralización de los huesos e incluso cáncer.

«Se encuentran niveles altos de cadmio en marisco, debido a que en muchos casos se consume el animal entero, incluyendo vísceras, donde se concentra (…) Los consumidores de este tipo de productos deben ser conscientes de que el consumo de estas partes de los crustáceos puede conducir a una exposición inaceptable de cadmio, particularmente cuando el consumo es habitual» – indica.

El cadmio en los camarones se concentra en niveles elevados en la hepatopáncreas, una parte del sistema digestivo situada en la cabeza. Por lo que al consumir estos crustáceos, es recomendable desechar la cabeza, la acumulación de cadmio en esta región es cuatro veces mayor que en otras partes.

Así que ya lo sabes, los camarones están para chuparse los dedos, pueden ir empanizados, en caldo, a la mantequilla, al ajillo; únicamente no te olvides de no comer la cabeza.

ADN40

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