Tiene ya un buen número de años que los grandes mítines, con miles de asistentes acarreados, no se traducen en votos y por lo tanto menos en triunfos. Tal vez haya quien suponga que la concentración más grande realizada en el estado de Veracruz sea la que encabezó el Papa Juan Pablo Segundo en el Malecón del Paseo en Veracruz, en mayo de 1990.
Miles y miles de veracruzanos, convencidos en su fe, católicos y admiradores del religioso polaco, llenaron el Malecón, pero 16 años después, durante las campañas presidenciales, hubo otra concentración que superó a la del Papa Viajero. Gobernaba Fidel Herrera y el candidato del PRI era el tabasqueño Roberto Madrazo. Decidieron armarle un mitin como ningún otro y resultó que el Malecón lo llenaron con más gente que cuando estuvo el Papa en tierras jarochas.
¿Cómo es que puede asegurarse esto? La fuente es alguien que participó de manera importante en la organización de ambas concentraciones y sabe detalles. En 2006, a poco de las votaciones, Madrazo se fue contento de Veracruz. Le impresionó ver tanta gente reunida (supuestamente) apoyándolo. Fue gente que la llevaron a ese punto, es decir, acarreados a los que realmente no les importaba la suerte de ese candidato.
Días después esa realidad lo golpeó. Roberto Madrazo fue ubicado al quedar en tercer lugar de la votación y el nuevo presidente fue el panista Felipe Calderón. De nada sirvieron los grandes mítines con gente acarreada, como el realizado en el Malecón.
Los dirigentes de los partidos saben esto, los candidatos también, y si no lo saben están mal, pero todavía optan por las grandes concentraciones. Suponemos que aún las realizan para tratar de dar la imagen de fuerza y de un gran apoyo popular, pero eso muy pocos lo creen.
Este sábado, por ejemplo, la estructura oficialista de Morena hará de todo para reunir a miles y miles de personas en Xalapa y así pretender decir que existe un gran respaldo a la candidata a la presidencia Claudia Sheinbaum y a la que busca ser gobernadora Rocío Nahle ¿pero en realidad qué tanto les servirá?. ¿Mejorará su imagen la cuestionada aspirante a gobernadora? ¿Cuántos de los miles que asistan votarán por las candidatas y los candidatas de Morena si todo mundo sabe cuáles son los métodos para llevarlos a esos mítines?
MUY MAL MANEJADO el asunto de los trabajadores de la Secretaría de Salud. El sindicato plantea, dentro de sus atribuciones, diversas demandas y la respuesta del gobierno lleva el sello de la casa: amenazas. Nos vemos en las urnas, será lo que contesten los agremiados a esa organización.
Situación parecida a lo de Ixtaczoquitlán, donde el pueblo exige agua y la respuesta del alcalde fue echarles a la policía. La gente le subió el tono a la protesta, apedreó el palacio municipal, quemó una patrulla y fue hasta entonces que el alcalde le bajó el tono y decidió hacer lo que debió realizar desde un principio: atendió al pueblo y le hizo caso en su demanda.
Sin embargo el daño ya está hecho y la repercusión será la misma que con los trabajadores de la Secretaría de Salud: nos vemos en las urnas, dirá el pueblo.
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