En México hubo más de 800 mil muertes en exceso a causa del Covid-19, debido a las malas decisiones que se tomaron en el gobierno federal y también por la falta de inversión en el sector salud.
Así lo reveló un informe dado a conocer por la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México, en donde se destaca que tan solo en el periodo 2020-2021 ocurrieron 300 mil muertes en exceso, principalmente porque las autoridades no supieron explicar bien cómo se transmitía el virus del SARS-CoV2, no fomentar el uso del cubrebocas y la falta de apoyos a la población.
Se destacó en el documento que los indicadores sobre el impacto de la pandemia en México son devastadores y por eso inocultables:
Más de 800 mil muertes en exceso (una de las tasas más altas del planeta)
- El país con mayor mortalidad entre su personal de salud
- La orfandad de más de 215 mil menores; la reducción neta de su matrícula escolar y el grave impacto económico
- La cifra de los 800 mil decesos es acumulable durante el periodo comprendido del 2020 al 2023.
Además resaltó que el factor crítico, el hecho que explica los resultados tan graves y trágicos, es la defectuosa gobernanza de la crisis, pues, casi 4 de cada 10 muertes en exceso durante la pandemia sucedieron por fallas en la gestión gubernamental.
Jaime Sepúlveda, coordinador de la Comisión, recordó que México se encuentra entre los países con más exceso de mortalidad.
“Comparado con el resto de países del mundo, países con más de 5 millones de habitantes, México es el cuarto en el mundo con una mayor cantidad de muertes en exceso. Solamente Bolivia, Perú y Ecuador tuvieron mayores tasas de mortalidad, pero son países que tienen la mitad del PIB (Producto Interno Bruto) que tiene México”, precisó el especialista.
Se señaló en el informe que existen tres claves para comprender el fracaso de México en su respuesta a la pandemia:
- La permanente subestimación de la gravedad del virus
- La centralización y personalización de las decisiones
- La política de austeridad
“Son errores que se atribuyen directamente a los tomadores de decisiones, a quienes instrumentaron las medidas y a quienes condujeron la comunicación de los mensajes a la población. Es cierto que había problemas muy serios en la infraestructura sanitaria debido a la falta de inversión crónica, así como una alta prevalencia de comorbilidades en la población”, dijo.
Los expertos aseguraron que las autoridades federales no cumplieron cabalmente con sus funciones de rectoría nacional y no asumieron la responsabilidad política de coordinar una respuesta coherente y unificada.
El estudio además destacó la relación con las entidades federativas , que resultó episódica y tirante en medio de una inexplicable aversión y descoordinación con el sector privado, pues ambas conductas segmentaron y entorpecieron el conocimiento y las acciones concretas de respuesta a la pandemia.
Las áreas de confrontación entre el gobierno federal y los gobiernos locales abarcaron desde el uso de cubrebocas hasta la realización de pruebas diagnósticas, pasando por la validez del modelo centinela y los planes de vacunación, refirió el informe.
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