La aprobación del dictamen de reformas para crear el Fondo de Pensiones del Bienestar en la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados resultará insuficiente para completar los montos de retiro de los trabajadores que hoy ganan máximo 16,777 pesos, además de observarse como una reforma que busca votos, por los tiempos de su discusión y votación en el Congreso.
La reforma busca lograr pensiones de alrededor de 16,400 pesos mensuales para los trabajadores al momento de la jubilación; para ello, las personas «tendrían que estar cotizando un salario de 16,000 pesos durante 40 años para que el sistema fuera financiable. Eso es imposible si el salario promedio de cotización está entre 12,000 y 13,000 pesos en el país”, explicó Carlos Matute, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana (UP) y autor del libro Las crisis de la seguridad social no superadas.
Lo que se busca es tener recursos para alimentar el Fondo de las Pensiones del Bienestar para complementar el ingreso de los trabajadores una vez que dejen de trabajar. Actualmente los trabajadores que se retiran reciben entre 20% y 40% de su último salario.
Financiamiento
La semana pasada, en la conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador explicó que el Fondo para la Pensión del Bienestar -con lo que se busca lograr las pensiones de 16,000 pesos-, se alimentará de las utilidades de empresas estatales como el Tren Maya, del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) y de las pensiones que los trabajadores no reclamen.
De ese último fondo, se dice que son 40,000 millones de pesos, que se trasladarán a un fideicomiso en Banco de México que constituirá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), explicó Moisés Peñaloza, director de Retiro y Bienestar financiero para Latinoamérica en Aon.
“El gobierno dice que no se le puede cobrar comisiones a alguien que tiene 70 años y no ha reclamado el dinero de su Afore. Mientras que las Afore dicen que, aun con el cobro de comisiones, con los rendimientos que generan, el trabajador recibiría más dinero que si lo maneja el gobierno. Ambos datos son inciertos”, apuntó Rolando Silva Briceño, integrante de la Comisión Técnica de Seguridad Social del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).
Es importante señalar que los recursos de las cuentas individuales son imprescriptibles, y el trabajador o sus beneficiarios los pueden reclamar en cualquier momento.
Al respecto, Matute explicó que el tiempo para que un proyecto como el Tren Maya comience a generar ganancias es de entre 15 y 20 años, mientras que los recursos del Indep no son significativas.
Para dimensionar las cantidades, las Afores manejan 6.2 billones de pesos, 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
“Los 6.2 billones de pesos nos dan anclaje financiero. Lo que da confianza es que tenemos 20% del PIB ahorrado en la Afores”, aseguró Matute.
Para este año el pago de pensiones será de 500,000 millones de pesos, y para 2025, con un crecimiento de entre 7% y 9% real, para lograr 550,000 millones.
“Esos 40,000 millones de pesos no van a servir ni para financiar el crecimiento (del pago de pensiones) el año que entra”, sostuvo el académico de la UP.
De acuerdo con estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), para 2050 el costo del programa Pensiones para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores alcanzará los 2.08 billones de pesos en 2050.
Además, según las proyecciones del Conapo, en 2050 la razón de dependencia por vejez en México será de 25.7%. Esto significa que por cada 100 personas en edad laboral (15 a 64 años) en ese año, habrá 25.7 personas de 65 años o más, el doble de la cifra actual (12.8 personas), añadió el Imco.
Además, “hay otras maneras de recaudar esa cantidad (40,000 mdp), incluso por medio de deuda, pero me parece más una cuestión ideológica”, agregó Iván Franco, fundador de la consultora Triplethree International.
La reforma deja claro que esos 40,000 millones de pesos no se utilizarán para estabilizar las finanzas del gobierno, explicó Peñaloza de Aon.
Fines electorales
Para el académico de la UP, se trata de una reforma técnica que no cambia el sistema de pensiones. Sin embargo, las alertas se prendieron por haber sido presentada en medio de una campaña electoral, «para conseguir votos».
Al hablar de pensiones, se tiene que pensar a largo plazo y en beneficiar a millones de personas. “Al ser una reforma de pensiones en proceso electoral, desde ahí es un riesgo, porque estás mandando un mensaje de corto plazo”, dijo Matute.
El académico explicó que una reforma de pensiones requiere de ingredientes como un estudio actuarial, de concertación, de socialización y generar consensos, así como que se trata de una “reforma técnica, que no cambia el sistema de pensiones. Son regaños, utilizan una reforma técnica para ganar una elección», agregó.
Los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) votaron contra la iniciativa de reforma y alertaron riesgos. Aunque fue aprobada en comisión, esta no entra en vigor hasta que sea aprobada en el pleno de la Cámara de Diputados y Senadores.
Impacto
A decir de Franco, “se vería afectada la credibilidad en el sistema de pensiones”. Pues, aunque se sabe que solo se habla de las cuentas individuales no reclamadas, “sienta un precedente de que la autoridad, en cualquier momento, puede hacer uso de él. El beneficio va a ser muy pequeño, comparado con el costo. Este tipo de legislaciones afectan la credibilidad y, sobre todo, los derechos de propiedad y la seguridad jurídica que tienen los particulares”.
Otro punto que no se tomó en cuenta, es que esta reforma solo beneficiará a las personas de 45 años y más, poniendo en jaque a los trabajadores más jóvenes, advirtió Matute.
Además de que los trabajadores menores de 45 años serán los que financien el pago de pensiones, no habrá recursos suficientes «por un efecto demográfico y un efecto de agotamiento de las finanzas públicas», sostuvo Matute.
¿Cómo aumentar las pensiones?
Para lograr mejores pensiones se tienen algunas alternativas.
Antes de pensar en mejorar las pensiones, se tiene que hablar de mejorar los salarios, con lo que el trabajador podrá realizar aportaciones para el ahorro para el retiro, señaló Franco.
Una de ellas tiene que ver con aumentar las cuotas patronales, sin embargo, esta opción se traducirá en aumentar los costos de producción. Además se desincentiva la creación de empleo, señaló Matute.
Se tiene que aumentar la formalidad, para generar mayores recursos fiscales, coincidieron Franco y Matute.
A decir del académico de la UP, se tiene que pensar en un sistema de tres pilares: un ahorro del trabajador que no se usará para otros fines distintos al retiro, una aportación de largo plazo del gobierno proveniente de impuestos generales, pero no para el pago de pensiones corrientes, sino que vayan a una cuenta individual que los mexicanos pueda exigir al cumplir la edad de retiro.
Que quien trabaje tenga un aporte adicional, no obligatorio, que se convierta en un incentivo, en el que, por una cantidad que ahorre el empleado, el patrón aportaba una cantidad similar.
Expansión
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