Desde anteayer, los operadores políticos de Rocío Nahle difundieron una encuesta en la que la candidata a la gubernatura por la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-PT-PVEM) le saca una ventaja de casi 22 puntos al priista Pepe Yunes Zorrilla, pues la ex secretaria de Energía figura con 50.11% de las preferencias mientras el abanderado de la alianza PRI-PAN-PRD obtendría sólo 28.72%.
Obviamente, las cifras de este sondeo no gustaron a los simpatizantes del político oriundo de Perote, sin embargo, el estudio demoscópico está respaldado por Demotáctica Global Research que, a principios de diciembre de 2020, en la entrega de premios Reed Latino Awards, organizados por la revista Campaings & Elections, fue reconocida en la categoría de Mejores Casas Encuestadoras como una de las dos principales representantes de la comunicación política.
Marco Orozco, CEO de Demotáctica, y su socio José Méndez, son considerados investigadores nativos digitales no migrantes a la tecnología, entienden la relevancia de la microsegmentación, la velocidad de la información, y la necesidad de productos tácticos que permitan y faciliten la toma de decisiones y acciones, con un modelo innovador de mercado. Asimismo, han desarrollado desde hace varios años un innovador formato de estadísticas accionables para la toma de decisiones y acciones en consejos, centros de comando, torres de control y cuartos de guerra. Proveedores de información estratégica y particularmente información táctica combinada con tecnología de punta, como la minería de datos que agrega inteligencia de texto y algoritmos fluidos entre otras.
Hace dos años, el reconocimiento al trabajo de esta casa encuestadora la colocaba entre las más importantes de Latinoamérica, en la antesala de los procesos electorales de 2021, que eran los primeros para algunos países durante la pandemia de Covid-19.
Los aliados y simpatizantes del priista Pepe Yunes pueden descalificar esta última encuesta de Demotáctica Global Research levantada entre el 26 de febrero y el 3 de marzo, pero resulta que no es el único sondeo que le da una desahogada ventaja a la ex diputada federal y senadora con licencia. Antes, otras encuestadoras como Rubrum, Massive Caller, MetricsMX y CE Research registraron durante el mes de febrero una amplia distancia entre los dos principales aspirantes a la gubernatura de Veracruz, dando inclusive a Nahle hasta 41 puntos de diferencia: 63.5% contra 22.5%, lo que los pepistas calificaron de disparatado.
Sin embargo, los seguidores de Pepe Yunes no pueden instalarse en una actitud de negación, pues la elección aún no está resuelta. Las encuestas actuales solamente reflejan las tendencias del momento. La definitiva y únicamente válida será la de los comicios del domingo 2 de junio.
Y esta elección solamente será entre dos: Rocío Nahle y Pepe Yunes. La primera y su equipo buscarán mantener o acrecentar la ventaja, y el priista y los suyos intentarán lograr la proeza de superar las tendencias.
Polo Deschamps, de Movimiento Ciudadano, cumplirá su misión de candidato esquirol para restarle votos a la coalición del PRI-PAN-PRD. Igual encomienda tiene Dante Delgado Morales, hijo del ex priista fundador de MC, Dante Delgado Rannauro, quien ha sido postulado por su padre a la senaduría sin mayores méritos, y el cual, en una amplia entrevista publicada ayer por un diario porteño abiertamente morenista, declaró que “los veracruzanos detestan al PRIAN”, que se “juntaron algo espantoso con otra cosa espantosa” y que “lo peor que le puede pasar al estado es que regresen” al poder.
Deschamps no representa competencia real para Pepe Yunes y mucho menos para Nahle. Las preferencias a su favor oscilan entre 3.9% y 5.58%, según las diversas encuestas. Pero eso al ex alcalde ex panista de Medellín de Bravo no le debe quitar el sueño. El que sí debe preocuparse, reagruparse y reinventarse es Yunes Zorrilla, motivando para empezar a sus aliados y simpatizantes para luego convencer a los indecisos que según la encuesta de Demotáctica Global Research representarían el 15.59% de los potenciales votantes.
El priista, además, debe medir la lealtad de sus amigos y la eficacia de sus operadores político-electorales, pues hay algunos probadamente comprometidos como el alcalde de Altotonga, Ignacio Morales Guevara, quien en apoyo a la causa de Pepe Yunes decidió sin regateos solicitar licencia al Congreso local por tres meses para contender como candidato a diputado federal suplente por el distrito electoral con cabecera en Martínez de la Torre –municipio citrícola que gobierna el morenista Rodrigo Calderón, coordinador de la campaña de Nahle–, mientras que otros, como el ex alcalde de Cosoleacaque, Cirilo Vázquez Parissi, sorpresivamente se negó a contender por la diputación federal pese a ser el aspirante del partido tricolor mejor posicionado, y en su lugar propuso a Araceli Rivera Díaz, regidora priista del Ayuntamiento que preside su hermano Ponciano Vázquez.
¿Por qué el hijo del extinto cacique Cirilo Vázquez Lagunes desistió contender por uno de los cuatro distritos electorales del sur de Veracruz donde el PRI y la alianza Fuerza y Corazón por México sí tenían con él como candidato amplias posibilidades de ganar la curul de mayoría relativa? Una versión que corre es que los hermanos Vázquez Parissi tienen una deuda política con Rocío Nahle desde febrero de 2021, cuando tras el asesinato de Gladys Merlín Castro, ex diputada local y ex alcaldesa priista de Cosoleacaque, y de su hija Carla Enríquez Merlín, quien era perfilada por Morena a la alcaldía, el gobernador Cuitláhuac García declaró en conferencia de prensa que una de las líneas de investigación de la Fiscalía General del Estado tenía que ver con un “grupo caciquil” de esa región.
Según trascendió, la que presuntamente habló con el mandatario veracruzano y desactivó la inminente persecución penal en contra de los hermanos Vázquez Parissi habría sido la entonces poderosa secretaria de Energía, quien desde entonces se perfilaba para la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz.
Operaciones políticas como ésta, con el apoyo del aparato gubernamental, parecen explicar en parte la ventaja que Nahle le saca a Pepe Yunes, la cual es difícil pero no imposible de remontar. Y eso lo sabe hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en la sucesión presidencial de 2006 inició la campaña con 20 puntos arriba de su paisano, el priista Roberto Madrazo, quien empezó en segundo lugar, y AMLO terminó perdiendo la elección ante el panista Felipe Calderón por una mínima diferencia, al sumar el tabasqueño 35.31% de los votos contra 35.89% del candidato del partido blanquiazul.
Habrá que ver si los morenistas aceptarían su derrota en caso de un resultado tan cerrado.
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