Los organizadores del Abierto Mexicano de Tenis y los gobiernos federal y de Guerrero pusieron todo el empeño en reconstruir la arena en que se disputa el Abierto Mexicano de Tenis para demostrar que el puerto está en pie tras el paso del huracán “Otis”.
También los hoteleros pusieron su parte para que 8 mil 110 habitaciones estuvieran listas para recibir a los turistas que cada año dejan una importante derrama económica para la ciudad. Los visitantes ocuparon 80.3% de las que había disponibles.
Esa cantidad es menor a la mitad de la oferta que había en Acapulco antes del huracán “Otis“: 19 mil 600 cuartos en toda la ciudad.
Pero no sólo la industria hotelera sufrió por el desaire de los turistas: al torneo sólo acudieron, en promedio, cinco mil espectadores por jornada, cuando el año pasado, edición en la que se rompió un récord de asistencia, cada día asistieron 11 mil 200 aficionados.
Álvaro Falla, director del AMT, consideró que si el torneo no se hubiera llevado a cabo la situación en la ciudad afectada por “Otis” sería aún más difícil. Este evento deportivo, dijo, es como un granito de arena necesario para emprender la reconstrucción de ese gran edificio que es Acapulco.
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