Ayer por la noche al despedir su noticiero, el periodista Ciro Gómez Leyva dijo: “Al iniciar el año, qué más quisiéramos que dejar de hablar de los temas de violencia e inseguridad, pero es imposible no hacerlo. La repetición de hechos por casi todo el territorio nacional impone esos temas. Ojalá algo ocurra este 2024 que le dé un giro radical a las cosas… Ojalá que al menos esa violencia no dañe de gravedad el proceso electoral en curso”.
Pero con cuatro precandidatos asesinados (uno en diciembre y tres en lo que va de enero) se ve casi imposible que haya “un giro radical a las cosas”.
El gobierno de Estados Unidos, que se toma la violencia muy en serio, advirtió a sus connacionales que si tienen interés por visitar México en los próximos seis meses, la piensen muy bien por el clima de inseguridad y violencia existente con motivo de las próximas elecciones.
Y es que la violencia política está brava y peor que se va a poner.
De acuerdo con el reporte de la consultora Integralia, en el proceso electoral del 2021 se registraron 239 casos de violencia política con un saldo de 179 personas asesinadas. Entre las víctimas 36 eran candidatos a puestos de elección popular y más del 60 por ciento de éstos estaban contendiendo por una alcaldía.
¿Mejorarán las cosas como lo desean los mexicanos de buena voluntad?
¡Futa…!
Expertos en el tema vaticinan que las elecciones de este año podrían ser las más violentas en la historia del país. Así como lo lees lector.
Los expertos aseguran que una de las causas que puede provocar esta pesadilla, es la misma violencia de la mano de la impunidad. Además de la polarización política que ha generado confrontaciones directas (que antes no se daban) entre los distintos grupos políticos.
Con 176 mil 155 homicidios dolosos hasta ayer y 48 mil 369 desaparecidos, este sexenio ya es el más violento e inseguro de la historia. Y si le agregamos el asesinato de más actores políticos… Virgen Santa.
¿Cuántos precandidatos o candidatos asesinados se contabilizarán un día después del 2 de junio?
Nomás de pensar en eso se erizan los vellos de espinazo.
Fin a dos décadas de déficit financiero
Cuando esta administración estatal llegue a su fin, la dependencia mejor calificada será la Secretaría de Finanzas y Planeación. Y en eso están de acuerdo hasta los críticos más corrosivos de la 4T.
En otras administraciones y a estas alturas del partido, los secretarios en turno de esa dependencia andaban literal “cuadrando” los números, escondiéndose de los acreedores y preparando maletas por si tenían que digamos… salir de urgencia.
Tuvieron que pasar años para que se lograra lo que se veía imposible: que Veracruz saliera del hoyo financiero en el que se encontraba.
En un giro significativo, Veracruz ha logrado superar dos décadas de déficit financiero en tan solo cinco años de orden y disciplina fiscal. Durante dos décadas, el estado enfrentó un déficit constante debido a una gestión inadecuada de recursos, llevándolos a solicitar créditos quirografarios cada diciembre para cumplir con obligaciones como nóminas y aguinaldos.
Así lo dio a conocer el diario El Economista en su edición de ayer 8 de enero, y agrega que antes de 2016, estos créditos eran registrados como “créditos simples”, generando inconsistencias e incertidumbre financiera. La falta de claridad en la información llevó a la implementación de la Ley de Disciplina Financiera en 2016, exigiendo el registro preciso de créditos de corto plazo.
El Economista señala que desde 2018 el gobierno de Veracruz se ha dedicado a controlar y reducir el déficit acumulado. Aunque han sido necesarios créditos de corto plazo para compromisos de fin de año, la administración ha reducido progresivamente estas necesidades financieras superándose así misma con un total de cero pesos solicitados en el último año.
En 2022, gracias a una gestión eficiente, solo se necesitaron 1,000 millones de pesos, saldados en los primeros meses del siguiente año. Para 2023, no se requirieron créditos de corto plazo gracias a un manejo efectivo de recursos y un aumento en los ingresos estatales y federales, superando la meta prevista para 2024. Lo anterior contrasta con los años 2016 y 2017, en donde se solicitaron montos que alcanzaron hasta los 4 mil 300 millones de pesos.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, lograron su compromiso de evitar la necesidad de fondos para 2024, transformando a Veracruz en un estado con fortalezas financieras.
La nota de El Economista finaliza asegurando que para este año ambos funcionarios mantienen el objetivo de dejar recursos disponibles para la siguiente administración, eliminando la necesidad de recurrir a créditos para enfrentar compromisos de diciembre desde el inicio de su mandato.
Bien.
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