¿Los secuestros han bajado?, es posible que en eso no mienta el gobierno como generalmente lo hace.
Pero hay que ver el por qué de la disminución de ese delito.
Posiblemente esa baja tenga que ver con el aumento que tiene la extorsión por todo el territorio nacional, incluyendo el estado de Veracruz.
Los cárteles ahora saben que en ese delito tienen una mina de oro, así que extorsionan a los campesinos, a los pescadores, a los comerciantes, a los restauranteros, a los dueños de antros, a los tianguistas, a los locatarios de mercados, a los transportistas, a los taxistas y… cada vez asfixian a más sectores sin que ninguna autoridad intervenga.
Lo que acaba de suceder en el Estado de México, donde un pueblo gritó ya basta de la extorsión y en una refriega mataron a alrededor de once delincuentes, es una muestra de cómo la delincuencia organizada tiene amenazados a miles de mexicanos con este simple planteamiento: o me das dinero o te mato.
¿Qué hacer ante una extorsión de esa naturaleza? La respuesta lógica es que se presente una denuncia ante las autoridades ministeriales, pero nuestra realidad marca otra cosa.
Se paga o se atiene el extorsionado a las consecuencias.
Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan son tres sitios, al sur del Estado, ejemplo de poblaciones bajo el yugo de las extorsiones.
Por eso balean fachadas de casas o incendian comercios, como advertencia. El siguiente paso, si hay resistencia a pagar, es matar al que se opone.
¿A poco los dueños de los comercios que hay a lo largo del extenso bulevar de Coatzacoalcos los mantienen cerrados por puro gusto?
Dicen que han bajado los secuestros en el antiguo Puerto México, pues sí -nos dice gente de esa zona- han bajado porque ahora la gente paga la extorsión.
Hay otra alternativa para evitar pagar la extorsión o evitar ser secuestrado en el sur de Veracruz: cerrar el negocio e irse de la ciudad. Eso lo ha hecho quien cuenta con los recursos necesarios. ¿Nombres?, la gente sabe de esos casos.
¿Y si mejor se denuncia? La gente sabe lo tortuoso que es presentar una denuncia y exponerse a que la situación empeore.
Además, observan que la vigilancia es escasa.
En abril de hace cuatro años hubo una matanza en Minatitlán. Un comando llegó a una fiesta y mató a trece personas, incluyendo a un niño.
Fue un escándalo que, días después, derivó en la decisión del presidente López Obrador de que la Guardia Nacional arrancara operaciones en Mina.
Fue el Presidente y puso en servicio a la Guardia. Pasaron unas semanas de eso y a los elementos de la GN los retiraron.
El secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, anunció que mil 59 elementos de la Guardia Nacional operarían en esa región de la zona sur y que se construiría una base en Minatitlán.
Actualmente la base es un anexo a un cuartel de Seguridad Pública del Estado y los integrantes de la GN apenas son unos cuantos.
Así las cosas, la delincuencia opera a sus anchas y los extorsionados callan.