Un grupo de investigadores del MIT, de la Universidad de West Virginia y de Celero Systems, en Estados Unidos, creó una cápsula que se ingiere y que permite monitorear signos vitales desde el interior del tracto digestivo de un paciente. La intención es permitir evaluar casos de apnea de sueño en forma no invasiva o sobredosis de opioides y, eventualmente, usar esa misma cápsula para administrar algún medicamento.

Según explica el MIT, la cápsula tiene el tamaño de una píldora vitamínica, tiene un acelerómetro (similar al que tienen los teléfonos modernos para detectar cuando giramos la pantalla) para medir el ritmo cardíaco y de respiración del paciente en base a las vibraciones que estos movimientos generan dentro del cuerpo, dos pequeñas baterías y una antena para transmitirle los datos que registra en forma inalámbrica a una computadora externa.

La cápsula está pensada para hacer sus mediciones en el estómago, porque está cerca del corazón y los pulmones, pero también cumple su función en el resto del tracto digestivo. De hecho, explican, los registros coinciden con los que suministran los sensores de piel convencionales. Y estiman que tarda algo más de un día en ser expulsada por el cuerpo.

Lo que pudimos demostrar es que, usando la cápsula, podíamos capturar datos que coincidían con los que capturarían los sensores transdérmicos tradicionales, dice Traverso. “También observamos que la cápsula podía detectar la apnea, y eso se confirmó con los sistemas de monitoreo estándar disponibles en el laboratorio del sueño”. En los estudios, encontraron que la cápsula sirve tanto para analizar apnea de sueño como una sobredosis de opioides.

En trabajos futuros, los investigadores esperan incorporar un medicamento contra la sobredosis como el nalmefeno en el dispositivo, de modo que la liberación del fármaco se active cuando la frecuencia respiratoria de la persona disminuya o se detenga. También están trabajando en estrategias para alargar el tiempo que las cápsulas podrían permanecer en el estómago.

Antecedentes

Esta es la primera vez que este tipo de píldoras inteligentes se prueban en pacientes humanos para medir la apnea, aunque no es el primer caso de una pastilla que es, en realidad, una minicomputadora que se traga. En 2018 se hicieron pruebas con una cápsula similar a la de MIT, aunque su objetivo no eras medir la apnea de sueño, sino el estado de la flora intestinal.

La píldora en cuestión detecta y mide en tiempo real los gases presentes en el intestino, como el hidrógeno, el dióxido de carbono o el oxígeno, datos que pueden enviarse a un celular. Los primeros ensayos revelaron mecanismos del cuerpo que no se habían observado hasta ahora y un potencial nuevo sistema inmunológico, según Real Instituto de Tecnología de Melbourne. Los ensayos con esa píldora inteligente también revelaron la presencia en el colon de “grandes concentraciones de oxígeno” si se sigue una dieta con alto contenido en fibra, lo que contradice “las antiguas creencias” de que este elemento no estaba presente en dicho órgano.

Este año, mientras tanto, presentaron NaviCam, una píldora que es controlada en forma externa usando un imán, y que podría reemplazar a las endoscopías. Los investigadores de la universidad de Washington crearon un dispositivo del tamaño de una píldora, que tiene una cámara en una punta, una batería interna y un transmisor. Y permite, al igual que con una endoscopia, recorrer desde adentro el cuerpo humano; envía las imágenes que toma la cámara con una antena interna.

elnuevodia.com

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