Es un acto de infinita inocencia escuchar en los equipos de ciertos personajes hoy muy cercanos a Rocío Nahle –Zenyazen, Cazarín, Eleazar, Zepeta, entre otros-, el entusiasmo con el que manifiestan que están a un paso de abandonar la medianía para convertirse en los nuevos ricos del próximo régimen.

Presumen que ya hicieron mucha talacha y que ya les toca la bonanza que han visto pasar frente a sus narices. Que ya están hartos de ver como se han hecho ricos muchos que ni siquiera estuvieron en la campaña de Cuitláhuac, que no están afiliados a Morena y que tampoco pasaron frío y hambre durante las marchas de Andrés Manuel. Algunos ya hasta se están repartiendo los cargos.

Por desgracia para ellos, muchos chairos no caben en el gabinete. Al menos no en el de Rocío Nahle.

En política –y sobre todo en tiempos electorales- hay reglas no escritas de las que nadie se salva, no importa si se trata de los políticos tradicionales o de la jauría morenista que piensa que fueron ellos y no los griegos, quienes inventaron la democracia moderna.

Una de esas reglas, infalible siempre, es que no todos los amigos y colaboradores van a una campaña electoral. Y no todos los que van a la campaña electoral, formarán parte del gobierno o tendrán su recompensa. Aunque lo ideal es que se gobierne con los mejores –incluso por encima de los amigos- es regla que se gobierna con quien cuentan con la circunstancia a su favor.

Los ejemplos sobran. Se repiten cada seis años. Las cosas no han cambiado mucho porque las candidaturas se siguen decidiendo en palacio nacional, aunque la democracia tenochca lo niegue.

Durante finales del siglo pasado, cuando los candidatos venían por mandato presidencial, personajes como don Fernando Gutiérrez Barrios, Patricio Chirinos o Miguel Alemán hicieron su campaña con los cuadros políticos locales y gobernaron con sus amigos de toda la vida.

Los polacos de la aldea se encargaban de hacer el trabajo sucio: la campaña, el territorio, la movilización, la estructura electoral, los amarres, los medios de comunicación, mientras los futuros integrantes del gabinete apuraban su circunstancia personal para emigrar a Veracruz por los siguientes seis años: buscar casa, el colegio de los hijos y no dejar pendientes en sus negocios y empresas.

De esta forma, cada seis años veíamos llegar una horda de chilangos que, al término del gobierno, volvían por la misma ruta por la que llegaron. Sólo algunos que supieron hacer política decidieron quedarse en Veracruz y colaborar con los nuevos gobiernos. Ciertamente, fueron casos de excepción.

La cosa no ha cambiado mucho. Acaso Fidel Herrera y Javier Duarte gobernaron con muchos cuadros locales, la mayoría de ellos de infausta memoria. Muchos de ellos han tenido que refugiarse en sus mansiones para evitar la acción de la justicia.

Bueno, pues eso volverá a suceder. Quienes piensan que Cazarín y Zenyazen serán los hombres fuertes del próximo gobierno sólo por acompañar en todo momento a la candidata, se equivocan. Esos lugares están reservados para el círculo íntimo de Rocío Nahle que hoy muy pocos conocen pero que la han acompañado en los últimos años, principalmente durante su gestión como Secretaria de Energía.

A ellos habrán de sumarse las recomendaciones del propio Presidente que le otorgó la candidatura, de Claudia Sheinbaum, Mario Delgado y el ala dura del morenismo nacional. Llegarán amigos, socios y compadres que en este momento no son necesarios, porque ni conocen el estado, ni deben entrar en conflicto con el equipo del gobernador.

Buena parte del gabinete estará reservado a quienes tuvieron funciones estratégicas en la SENER: el oficial mayor, los subsecretarios, las áreas técnicas, etc. El resto, los espacios políticos de poca monta serán la recompensa de quienes hoy se asumen como insustituibles.

Así que quienes ya se sueñan con ser Subsecretarios, Directores Generales y directores de administración, se van a llevar una sorpresa. No están invitados a la fiesta. Tal vez sus jefes sí, pero de manera condicionada. Zenyazen tendrá que demostrar que los votos del magisterio son reales y no habrá un voto de castigo por parte de maestros que han sido maltratados.

Hay que recordar que el ex Secretario de Educación ni siquiera logró ganar las elecciones de las dirigencias sindicales, sin contar que buena parte de su gestión la pasó con el edificio de la SEV tomado por los docentes.

Con Cazarín pasa lo mismo. Nahle y no es Cuitláhuac. Los constantes yerros del diputado local que han sido tolerados por el Gobernador y corregidos por la SCJN, no tendrán la misma complacencia por parte de la candidata zacatecana. Suponer que la estructura del Congreso local es suficiente es un suicidio, luego de que la mayoría de los legisladores morenistas son conocidos por su ignorancia y sus escándalos, no por su capacidad de operación política.

En algo tenía razón Miguel Alemán: la campaña es un camión donde las calabazas se acomodan solas y otras se caen. ¡Y estos son muy calabazas…!

¿Y dónde está Pepe?

Luego de que el viernes pasado se decidió la candidatura del PRI al gobierno del estado –y en consecuencia del Frente Amplio- en favor de Pepe Yunes, a muchos extrañó que el peroteño haya desaparecido por completo durante las primeras y estratégicas horas como abanderado.

Pareciera que la decisión y el resultado de la encuesta lo tomaron por sorpresa. Su equipo no supo articular un mensaje contundente una vez concluido el concilio priista, tampoco se preparó un evento que lo arropara en la tierra que aspira gobernar, y peor aún, no contó con una agenda estratégica de fin de semana, cuando incluso se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, uno de los grandes pendientes del gobierno morenista.

Acaso el sábado circuló una improvisada fotografía donde aparece acompañado del dirigente estatal del PRD, Sergio Cadena, en lo que su interpreta más como una fotografía de archivo que un encuentro para definir la candidatura por parte del PRD.

Si este hubiera sido el propósito, ni siquiera se pensó en hacer lo mismo con el dirigente estatal del PAN.

Hasta este lunes, la pregunta seguía siendo la misma. ¿Y dónde está Pepe?

Si tal vez la mayor inquietud era la reacción de Héctor Yunes y la posición que asumiría frente al resultado de la encuesta, esto resultó en el mejor de los escenarios: el reconocimiento de la encuesta por parte del choleño y la confirmación de que continuará dentro del PRI y en suma a la campaña de Pepe Yunes.

Si Pepe realmente quiere ganar la elección, debe recuperar los meses perdidos. Es urgente que cuente con tres elementos que no demostró durante este fin de semana estrategia, recursos y equipo de campaña.

Es la hora que ni siquiera se sabe quién será el coordinador de su campaña, personaje que debe contar con la empatía de las dirigencias del PAN y del PRI, además de la autoridad suficiente para llevar a Pepe por caminos distintos para no repetir los errores de las campañas en las que no ha resultado ganador.

Pepe Yunes debe demostrar que, efectivamente, es el mejor candidato, el más competitivo. No puede darse el lujo de desaprovechar un solo fin de semana como lo hizo desde el viernes pasado. Si bien no son tiempos de bufaladas y de mítines carísimos, tampoco lo son para desaparecer de los medios, las redes sociales y del escenario de los veracruzanos.

Ya lo dijo él mismo: enfrentará una elección de estado…

 La ratonera

 Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En Veracruz desaparecen 2.5 mujeres cada día y más de la mitad son menores de edad. Delitos como el feminicidio, el porcentaje de impunidad en nuestro estado es del ¡¡98.8 por ciento!!; el abuso sexual del 98.7; la violencia familiar del 99.6 por ciento, según el informe presentado por la organización México Evalúa. ¿Lo sabías Rocío?