En Chiapas, la senadora Sasil de León ocupó el segundo lugar en las encuestas de Morena, a sólo 1.5 puntos del líder del Senado, Eduardo Ramírez, quien resultó ganador. Sin embargo, la cúpula del partido obradorista decidió sacrificarla para que Clara Brugada, quien quedó 14 puntos debajo de Omar García Harfuch, fuera designada por paridad de género coordinadora de la defensa de la Cuarta Transformación en la Ciudad de México.
Para algunos analistas, resultó absurdo que el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador pusiera en riesgo la capital mexicana que la izquierda gobierna desde 1997 y cuyo padrón electoral es el segundo del país, sólo superado por el del Estado de México.
Aunque no lo quiera admitir, fue un error de Claudia Sheinbaum proponer y exponer a su exsecretario de Seguridad Ciudadana a sabiendas del abierto rechazo del morenismo radical y el distanciamiento que desde el inicio de su régimen siempre marcó el presidente con el exjefe policiaco por sus vínculos con el grupo de Genaro García Luna, exsecretario calderonista de Seguridad Pública actualmente preso en Estados Unidos.
La campaña mediática en contra de García Harfuch, que se le atribuye a Jesús Ramírez, el vocero presidencial, fue la señal inequívoca de que los “puros” de Morena y su líder moral no dejarían pasar al nieto del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Y Ramírez Cuevas, quien en el proceso interno del partido guinda para la coordinación nacional de la 4T operó para Sheinbaum, difícilmente iba a aventarse este tiro sin la autorización de su jefe y en abierto desafío a quien se perfila como la sucesora presidencial.
Además, los mensajes de apoyo a Brugada en redes sociales de José Ramón López Beltrán, el hijo primogénito del presidente, hacían más evidente todavía que la candidata favorita de la familia gobernante era la ex alcaldesa de Iztapalapa, cuya trayectoria política está muy ligada a López Obrador, quien hace 14 años la impuso también en sustitución de Rafael Acosta Ángeles, el popular “Juanito”, en la entonces jefatura delegacional de esa populosa zona del sur de la capital del país que alberga a más de un millón de habitantes.
En aquella ocasión, un factor clave para que AMLO impusiera a Brugada fue el emberrinchado excanciller Marcelo Ebrard, quien como jefe de Gobierno de la CDMX propuso a la Asamblea Legislativa el nombramiento de la recomendada del tabasqueño para sustituir a “Juanito”, quien no alcanzó a cobrar siquiera su primera quincena.
El 11 de diciembre de 2009 fue designada jefa delegacional de Iztapalapa al ser aprobada la propuesta de Ebrard para que fuese nombrada sustituta de Acosta Ángeles, quien el día anterior se separó definitivamente de su cargo en medio del escándalo derivado de su presunta responsabilidad por la falsificación del acta de nacimiento que él había utilizado al registrarse como candidato por el PT, partido al que apoyaron López Obrador y Brugada luego de que ésta fuera desplazada de última hora de la candidatura del PRD por Silvia Oliva, tras un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitido 23 días antes de los comicios.
Por supuesto que, al maniobrar para darle ahora a Brugada la candidatura al gobierno capitalino, el presidente está obligado a hacerla ganar. Igual que a Sheinbaum.
Desbandada en gabinete por cargos electorales
En Veracruz ha iniciado el registro para los aspirantes a diputaciones federales y senadurías, entre los cuales figuran destacados miembros del gabinete estatal.
Una de las valientes es la actual Oficial Mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Ariadna Selene Aguilar Amaya, cuyo nombre se había escuchado en los pasillos palaciegos como una fuerte candidata para el Senado o para la diputación federal por el distrito 10, ya que la funcionaria oriunda del municipio de Actopan fue vista el antepasado fin de semana en las instalaciones del Instituto Nacional de Formación Política, de Morena, donde según información de la página oficial de dicho instituto partidista se están impartiendo cursos para aspirantes a legisladores, lo que confirmaría esos rumores.
Otros nombres que suenan son los de la Jefa de la Oficina de Programa de Gobierno, Waltraud Olvera; el de la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno Maldonado, y el de la joven titular de la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad, Dorheny García Cayetano, quien además preside el Consejo Político de Morena en Veracruz.
Por otro lado, en el Congreso local también hay aspirantes que están sonando fuerte, incluso algunos han sido confirmados ya por Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador del grupo legislativo del partido guinda; entre ellos, el líder congresista mencionó a las diputadas Margarita Corro, Magaly Armenta, Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez Centeno, además de los diputados Paul Martínez, de Perote, y Magdaleno Rosales, de Medellín.
En fin, muchos son los nombres que van y vienen, y como bien dicen por ahí: “Si el río suena, es porque agua lleva”. Todos se sienten con merecimientos de continuar en la contienda política, convencidos de lo que cada quien cree estar aportando desde su trinchera a la transformación en el estado y el país.
En breve sabremos quiénes tienen los suficientes merecimientos para ser postulados, además de mostrar casta y buena madera para garantizar salir triunfantes en la tormentosa batalla electoral que se avecina.
Y es que en 2024 difícilmente se va a repetir el mismo “efecto López Obrador” que en 2018 catapultó a muchos candidatos de Morena que al principio no figuraban en las encuestas y sondeos electorales.