Claudia Sheinbaum pensó en Cuitláhuac García para un cargo en su gobierno, pero no para sumarse a su equipo de campaña. Eso lo revelé desde hace varios meses en esta misma columna. Incluso adelanté aquellos puestos donde contemplan insertar al gobernador.
Y es que quienes aconsejan a la exjefa de la CDMX saben que García tiene (en especial hacia la opinión pública y medios de comunicación), “bastantes más negativos que positivos”. De ahí que al mandatario veracruzano nunca se le haya propuesto dejar la gubernatura.
“La imagen de Cuitláhuac García no ayuda”, le dijeron a Sheinbaum, “pero será muy útil operando en el estado, junto con la gente que él tiene dispuesta para ello, no en balde participó en dos elecciones, una de la cuales ganó”, aseveran en el círculo rojo morenista.
Por eso Cuitláhuac García nunca ha sido invitado a sumarse (de manera pública), a la campaña de Sheinbaum, y para ello pedir licencia o renunciar al cargo que ostenta; se le pidió integrarse de “manera tácita” sin dejar la gubernatura, y premiarlo, a la postre, con una buena posición federal.
Se le ha encargado a García no perder el estado de Veracruz para Sheinbaum, y dejar que Rocío Nahle maneje su campaña con los operadores estatales designados. El gobernador tiene la “nada sencilla tarea” de llevar el mayor número de votos veracruzanos a la presidencial.
Cuitláhuac García sabe que si Sheinbaum gana será titular de la Secretaría de Energía, Educación Pública, CFE o Pemex, y por ello no puede perder, pues “en el pecado llevaría la penitencia”. Repito, el gobernador no fue invitado a sumarse a la campaña presidencial, pero sí a operar desde Veracruz sin dejar el cargo; siempre ha sido así.
Veremos qué pasa; las decisiones pueden cambiar.
X: @aaguirre_g