En septiembre, la empresa Izzi, subsidiaria del Grupo Televisa, experimentó una ola de despidos que afectó a 166 empleados en una sola sucursal de Atención al Cliente, según información a la que tuvo acceso Expansión.
Un informante cercano al proceso, que prefirió mantener su identidad en el anonimato por razones de empleo, apuntó que, además de los ajustes financieros de la empresa, una de las razones detrás de los despidos en Izzi podría ser la potencial modificación de la jornada laboral en el país, la cual busca reducir las horas de trabajo de 48 a 40 horas a la semana.
Según la fuente, Izzi comenzó a reclutar nuevo personal en el área de Atención al Cliente para prevenir cualquier impacto en la calidad de su servicio. Sin embargo, este nuevo personal no sólo tendrá la responsabilidad de atender los servicios tradicionales de la empresa, como internet y televisión de paga, sino que también se encargarán de la telefonía móvil, una tarea que antes no estaba en sus funciones.
¿Por qué en México se trabajan más horas que en otros países de Latinoamérica?
Además, se informó que los nuevos empleados recibirán salarios inferiores a los trabajadores que forman parte del sindicato. «Ahora están buscando ahorrar el costo de una semana laboral. Si la ley de las 40 horas semanales entra en vigor, obviamente, no les conviene mantener a un empleado ganando lo mismo por menos horas», dijo el colaborador.
En medio de estas preocupaciones y especulaciones, Héctor Márquez, presidente de la comisión de Capital Humano y Seguridad Social de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), apuntó que no deben darse despidos ante la posible reducción de la jornada laboral en el país.
«La idea de la reducción de la jornada no es para nada reducir sueldos ni despedir a la gente. La fórmula es que tú como empleado tienes que mantener la productividad necesaria para hacer lo que venías haciendo en 48 horas y a cambio la empresa reduce la jornada, manteniendo los beneficios. Bajar salarios o despedir gente por esta reforma realmente sería un castigo», dijo Márquez, quien hasta el mes pasado fungió como presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH), ahora presidida por Fernando Bermudez.
Por otra parte, José Medina Mora Icaza, presidente de la Coparmex, afirmó que no tienen reportes de despidos masivos y que en varios sectores incluso se están llevando a cabo campañas de reclutamiento, debido a la falta de personal calificado en diversas áreas.
Con él coincide Beatriz Robles, directora de Operaciones y Cuentas Clave de Manpower Group. La representante de la firma de reclutamiento asegura que están monitoreando de cerca la iniciativa de la reforma laboral, pero hasta el momento no han observado una reducción neta en las contrataciones.
Aunque algunas empresas podrían sentir un impacto financiero, especialmente las pequeñas y medianas, no se ha visto una tendencia generalizada de despidos para posteriormente contratar a empleados con salarios más bajos.
La iniciativa de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales está siendo discutida en la Cámara de Diputados, con conclusiones programadas para el 21 de noviembre. Sin embargo, aún no se sabe si será aprobada antes del 15 de diciembre, fecha en que concluye el periodo ordinario de sesiones.
Esta propuesta de reforma laboral continúa siendo un tema de debate en México, y su impacto en el mercado laboral y las empresas sigue siendo motivo de preocupación y reflexión.
Lo bueno de esta reforma
Héctor Márquez admite que esta reforma trae consigo una serie de beneficios que merecen ser considerados. De entrada, la iniciativa se alinea con una tendencia global que ha llegado a México. La pandemia demostró que es posible ser más efectivo en el trabajo con horarios y formas de trabajo diferentes a las tradicionales, lo que permite una mayor flexibilidad en las condiciones laborales.
La adaptación a horarios flexibles se ha vuelto evidente en muchos establecimientos. En respuesta a las cambiantes necesidades de los consumidores, algunas tiendas han reducido su horario de atención en días con menor afluencia de clientes, lo que se traduce en una mejora en la eficiencia económica. Además, ciertos negocios han mantenido prácticas adoptadas durante la pandemia, como permitir a los empleados salir temprano o atender sus tareas en horarios continuos.
La reducción de la jornada laboral no sólo ofrece tiempo adicional para el esparcimiento, sino que también abre la puerta para que los trabajadores dediquen más tiempo a actividades personales, como estudios o el cultivo de sus habilidades, todo ello sin comprometer su calidad de vida.
No obstante, Márquez también reconoce que esta reforma podría plantear desafíos en ciertos sectores económicos, especialmente en las maquiladoras, donde los horarios y las líneas de producción suelen estar muy estructurados. La reducción de la jornada podría requerir la implementación de turnos escalonados, lo que conllevaría un aumento en los costos para las empresas.
Pese a ello, Márquez se muestra optimista acerca de la reforma, afirmando que en lugar de tener a la gente laborando incesantemente, la clave radica en la eficiencia laboral en horarios específicos, lo que hace que la reducción de la jornada laboral sea una realidad, pero también un éxito en perspectiva.
Los costos de la reducción en horas
Si bien la propuesta de reducción de la jornada laboral en México tiene aspectos positivos, como mencionó Márquez, también conlleva ciertos costos que deben ser considerados. Uno de los principales desafíos radica en el aumento de los costos debido a la necesidad de contratar más personal y pagar salarios adicionales. Esta situación se presenta en un momento delicado, ya que muchos sectores aún se están recuperando de los impactos económicos de la pandemia.
“El costo adicional se deriva de tres variables fundamentales: materia prima, mano de obra y gastos indirectos. En este contexto, el aumento de la mano de obra podría representar un desafío significativo. Por lo tanto, se sugiere que, en caso de que se apruebe la ley, su implementación debería ser gradual para mitigar el impacto en los precios finales para el consumidor”, señala.
En trabajos administrativos, la reducción de la jornada laboral es factible y, de hecho, muchas empresas ya han adoptado horarios de trabajo de lunes a viernes. Sin embargo, en sectores industriales, comerciales o de atención médica, la implementación se vuelve más complicada. Requiere una gestión cuidadosa de la rotación de personal y la elaboración de planes desde el departamento de recursos humanos para asegurar la cobertura necesaria.
Mora Icaza, en representación del sector empresarial, argumenta que este no es el momento adecuado para realizar una modificación adicional en la legislación laboral en México. Señala que durante el año se han llevado a cabo tres modificaciones importantes que han aumentado los costos para las empresas, como el incremento del salario mínimo, la ampliación de los días de vacaciones y el aumento en las aportaciones al fondo de pensiones de los trabajadores.
Además, destaca la baja productividad en México en comparación con otros países de la OCDE, lo que hace que el aumento de costos sea especialmente preocupante. “A esto se suma que en el país existen entre 1,200,000 y 1,600,000 vacantes que no pueden ser cubiertas, lo que significa que no habría suficiente personal para garantizar que los empleados tengan dos días de descanso. Esto llevaría a las empresas a incurrir en costos adicionales, como el pago de horas extras, lo que afectaría aún más la capacidad de las empresas para absorber los nuevos costos”, dice.
El presidente de la patronal advierte que México enfrenta un desafío importante en cuanto a la falta de personal calificado, lo que ha llevado a un mercado laboral con un alto número de vacantes sin cubrir. Esta situación, sumada a los costos adicionales que implica la reforma, podría afectar la competitividad de las empresas y, en última instancia, de todo el país.
Cómo deben prepararse las empresas
Los expertos consultados brindan algunas recomendaciones sobre cómo las empresas pueden prepararse para esta reforma. De entrada, las empresas deben anticiparse a la reforma y comenzar a planificar cómo gestionarán la reducción de la jornada laboral. Esto incluye establecer planes de rotación de personal y determinar qué áreas de la empresa pueden adoptar horarios de trabajo flexibles.
Márquez comenta que algunas empresas ya están implementando horarios mixtos que permiten reducir la jornada laboral a las 40 horas semanales. Esto puede incluir permitir que ciertos empleados trabajen en horarios diferenciados, dependiendo de sus funciones y necesidades.
Asimismo, para compensar los costos adicionales que implica la reducción de la jornada laboral, las empresas deben centrarse en aumentar la productividad. Esto incluye inversiones en innovación y cambios en la gestión del tiempo de trabajo. Mora Icaza enfatiza la importancia de ser disciplinados con los horarios de trabajo, promoviendo descansos y tiempo para actividades personales, lo que puede aumentar la eficiencia y la productividad.
Es importante mencionar que, acorde con Esperanza Martínez, especialista en higiene laboral certificada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), si un trabajador se siente «cómodo y feliz», su productividad podría aumentar hasta 80%. Esta cifra resalta la necesidad de crear un ambiente laboral propicio para el bienestar de los empleados.
El momento adecuado para implementar la reforma, según Mora Icaza, será cuando se haya mejorado la productividad y se haya alcanzado un nivel de eficiencia comparable al de los países de la OCDE. La competitividad de México en un entorno globalizado es fundamental, y se deben realizar esfuerzos conjuntos para mejorar la productividad y crear un nuevo modelo de desarrollo inclusivo.
Para Beatriz Robles, sin duda hay una deuda histórica con los empleados en México en términos de condiciones laborales, aunque advierte sobre la necesidad de implementar la reducción de la jornada laboral de manera gradual, escuchando a los empresarios y considerando su impacto en trabajadores que dependen de incentivos por trabajar seis días a la semana.
La escasez de talento y la necesidad de competencias específicas en el mercado laboral subrayan la importancia de promover la productividad y desarrollar habilidades como trabajo en equipo, resolución de problemas, responsabilidad, pensamiento crítico y resiliencia en los empleados.
“Hoy, las expectativas nacionales de empleo son más altas en sectores ligados a tecnologías de la información, ingeniería, ciencias de la vida y la salud, bienes de servicio y consumo y manufactura”, puntualiza.
Ana Luisa Gutiérrez/Expansión Política