El teléfono celular llamaba una y otra vez pero no había respuesta, nadie respondió las tres llamadas y en la cuarta, fue una voz femenina quién contestó, no la esperada: “Soy Rosa, secretaria del señor Fiscal, él se encuentra en una reunión si gusta dejar recado, en cuanto termine su junta yo sé lo paso”.
Las señales eran inequívocas por primera vez en 28 años, Alejandro Gertz Manero no le respondía una llamada a su “amigo”, Miguel Ángel Yunes Linares. Ese método de evadir contestar el teléfono a quien no se desea se lo sabe de memoria el ex gobernador de Veracruz, lo hizo miles de veces en su época de poder, sin embargo nunca pensó que su “incondicional, como él llama al Fiscal General de la República se la aplicara.
Hasta el momento no le ha devuelto la llamada y cuando llama de manera insistente a Gertz Manero, de inmediato lo manda a buzón y en lo teléfonos de su oficina las otras dos secretarias aparte de Rosa le dan la misma respuesta que le dio ella. El Fiscal General de la República muestra una vez más que antes de la lealtad a la amistad está el poder y el dinero, anteriormente lo hizo con Julio Scherer Ibarra.
El exconsejero jurídico de la Presidencia e hijo del periodista del mismo nombre, fue un entrañable amigo del Fiscal, incluso fue quien acercó e Gertz Manero con Andrés Manuel López Obrador quien era asiduo visitante a la casa familiar, la amistad data desde que su padre Julio Scherer García lo apoyó en su éxodo por la democracia, desde su arranque el 25 de noviembre de 1991 de su natal Tabasco, las páginas de la revista Proceso, de la cual era dueño Scherer García, estaban llenas de crónicas sobre el recorrido que realizó López Obrador y que culminó en la Ciudad de México el 11 de enero de 1992.
A partir de ahí, la revista dio un apoyo sin precedentes a la lucha de Andrés Manuel, por eso la amistad con su hijo Julio Scherer Ibarra es casi de familia y fue el trampolín para que Gertz Manero entrara como mantequilla al equipo cercano del Presidente, el pago que recibió Scherer García de su amigo ya convertido en Fiscal gracias a él, fue que lo denostara públicamente, por lo cual fue denunciado, sin embargo la intervención del Presidente logró que Julio Scherer retirara la denuncia que presentó en abril pasado en contra del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero por tráfico de influencias, coalición de servidores públicos y asociación delictuosa. Si traicionó a Scherer García al cual le debe su actual cargo en donde se ha hecho más rico de lo que ya era, lógico es que se olvide de Yunes Linares quien cuenta con toda la antipatía del Presidente y de todos los morenistas.
Las ofensas públicas del ex mandatario estatal contra López Obrador no se olvidan y menos en Morena. Por lo pronto al Gobierno Federal no le basta con la captura de Jorge Winckler Ortiz quien fuera el fiscal general de Veracruz en el gobierno de Yunes Linares, el cual se encuentra detenido en el penal de máxima seguridad «Altiplano» de México por el delito de privación ilegal de la libertad. Ahora van por la cabeza de su hijo Fernando Yunes Márquez, quien como alcalde de la ciudad de Veracruz cuenta con un daño patrimonial de 117 millones de pesos, según el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2021 que entregó el Órgano de Fiscalización al Congreso Local.
El Fiscal General de la República sabe que no puede seguir protegiendo al hijo de su amigo ante el tráfico de influencias, empresas fantasmas y el desvío de dinero público que ya no se pueden ocultar y peor aún, el propio Fiscal Federal cuenta con información que hace temblar a los cuatro Yunes del Éstero (Miguel papá, Miguel Junior, Fernando y hasta el mismo Omar que si bien no ha ocupado cargo público si se ha beneficiado de ellos, lo han convertido en millonario pero sus “empresas” tienen muchos agujeros muy negros en los cuales hay documentos para encerrarlo por muchos años).
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador va por las cabezas de quienes hasta hace apenas dos años eran intocables, pero poco a poco el manto protector del que gozaban se está haciendo girones y dejan a descubierto la corrupción en la que han vivido toda la vida aunque ellos se dicen “víctimas de persecución política”, cuando no son más que unos ladrones de cuello blanco que hoy por cierto está más manchado que nunca.