Fue el general Valentín Romano, a la sazón subsecretario de Seguridad Pública, uno de los primeros funcionarios estatales que para salir al paso de los crímenes de alto impacto ocurridos en la administración del gobernador Miguel Alemán Velazco, se le ocurrió declarar que afortunadamente los grupos de la delincuencia organizada se estaban eliminando entre sí.
Obviamente que esa expresión del militar, segundo en el mando de la SSP, le acarreó duras críticas en los medios de comunicación y de la oposición, pues le recordaron que el Estado está obligado a salvaguardar la seguridad de los ciudadanos y, por ende, ningún gobierno puede asumir una actitud pasiva, de mero espectador, ante la violencia generada por las diversas organizaciones criminales.
Hoy, más de tres sexenios después, en materia de seguridad pública nada ha cambiado. Al contrario, se ha agravado. Y el argumento oficial prácticamente sigue siendo el mismo: todas las ejecuciones son atribuidas a los presuntos vínculos de las víctimas con grupos delincuenciales, aceptando tácitamente que no han podido contener ni desterrar a los generadores de la violencia.
La sociedad veracruzana no merece seguir viviendo en medio de la zozobra, del terror y la inseguridad que infunden los cárteles y sus células criminales que siguen operando impune y alevosamente en el estado, sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno muestren hasta ahora una estrategia coordinada y eficaz para combatirlas y erradicarlas del territorio veracruzano, sin importar sus siglas ni el poder de sus máximos capos a los que rindan cuentas.
Entrevistado ayer sobre el asesinato del exalcalde de Gutiérrez Zamora, Wilman Monje Morales, de Movimiento Ciudadano (MC), el secretario de Gobierno y aspirante de Morena a gobernador, Eric Cisneros, salió con la misma cantaleta: su ejecución la atribuyó a las disputas entre grupos antagónicos que se disputan la plaza en la zona norte de Veracruz desde diciembre del año pasado, o sea, hace más de diez meses.
“Ahorita estamos recabando información de manera preliminar. Nosotros siempre advertimos que no hay que hacer vínculos con ningún tipo de personas que no puedan tener un origen lícito, siempre lo hemos advertido y lo seguiremos advirtiendo. Estamos recabando información, pues en el pasado había algunos indicios de algunas cosas”, explicó cantinflescamente.
“Ahorita estamos recabando información de manera preliminar. No, nosotros siempre advertimos que no hay que hacer vínculos con ningún tipo de personas que no puedan tener un origen lícito, siempre lo hemos advertido y lo seguiremos advirtiendo. Estamos recabando información, pues en el pasado había algunos indicios de algunas cosas”, trató de explicar evasivamente.
Incluso dijo también que en el municipio vecino de Tecolutla, hay indicios de que las autoridades locales podrían estar vinculados “con temas que no son tan claros”, pero expresó que la población puede estar tranquila, reiterando que las ejecuciones se dan “porque pertenecen a grupos distintos y no entienden que Veracruz ya cambió y que es parte de la cultura de paz y algunos se dejan llevar por el canto de las sirenas y vamos a seguir a más personas, algunos vinculados a medios de comunicación”, advirtió.
Extrañamente, Cisneros Burgos evitó considerar que la ejecución de Wilman Monje pudiera tratarse de un crimen político, dadas las manifiestas aspiraciones del exalcalde de Gutiérrez Zamora que, en las últimas semanas, encabezó eventos masivos y cabalgatas en su municipio, pues según declaró José Manuel del Río Virgen, exalcalde emecista de Tecolutla, exdiputado federal y actual secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República –quien el año antepasado estuvo injustamente encarcelado seis meses por el asesinato de René Tovar, candidato de MC a la alcaldía de Cazones de Herrera, ejecutado en junio de 2021 en el norte de la entidad–, Monje Morales pretendía contender otra vez por la presidencia municipal en 2025 abanderado por el partido naranja y no por Morena, como algunos aseguraban.
Antes del crimen de Wilman Monje, fue acribillado a finales de enero pasado en el puerto jarocho, junto con su familia, Fernando “Pino” Pérez Vega, operador político en la región de Papantla del partido local Fuerza por México Veracruz, que ayer, por decisión del empresario Pedro Haces, líder de la CATEM y fundador de ese partido político que no pudo obtener su registro nacional en las elecciones federales de 2021, se sumó a la virtual candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, quien por ahora ostenta el título de coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.