Los súper rayos tienden a agruparse sobre el Océano Atlántico nororiental, el Mar Mediterráneo y el Altiplano en Perú y Bolivia, que es una de las mesetas más altas de la Tierra. Son mil veces más fuertes que los rayos regulares
En el mundo se han reportado los súper rayos (‘superbolts’ en inglés), que son conocidos por ser unas descargas eléctricas que liberan energía eléctrica de más de un millón de julios. Es decir, son mil veces más fuertes que los rayos regulares. (Lea: Este es el calzado más antiguo de Europa)
Estos rayos representan apenas un 1 % del total de rayos registrados. Se caracterizan por ser muy fuertes, tanto que incluso son capaces de dañar infraestructuras y barcos. Pero, ¿cómo se forman estos súper rayos? Un nuevo grupo de investigadores recientemente se dio a la tarea de encontrar una posible respuesta a esta incógnita.
El principal dato con el que contaban era uno que había revelado un informe de 2019, en el que se señalaba que los súper rayos tienden a agruparse sobre el Océano Atlántico nororiental, el Mar Mediterráneo y el Altiplano en Perú y Bolivia, que es una de las mesetas más altas de la Tierra.
Avichay Efraim, físico de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor principal del último estudio, contó que buscaban entender “qué hace que estos poderosos súper rayos sean más propensos a formarse en algunos lugares que en otros”.
También tenían claro que las nubes de tormenta suelen alcanzar de 12 a 18 kilómetros de altura y abarcan una amplia gama de temperaturas. Pero para que se forme un rayo, una nube debe cruzar la línea donde la temperatura del aire alcanza los 0 grados Celsius. Por encima de la línea de congelación, en los tramos superiores de la nube, se produce la electrificación y genera la “zona de carga” del rayo.
Con estos datos, el siguiente paso para los investigadores era saber si los cambios en la altitud de la línea de congelación y, posteriormente, en la altura de la zona de carga, podrían influir en la capacidad de una tormenta para formar súper rayos. (Puede leer: Luna de Cosecha 2022: así podrá ver este evento astronómico del 29 de septiembre)
Los investigadores debían ahora conocer otras incógnitas, como el tiempo, la ubicación y la energía de determinados rayos. Los datos los obtuvieron de un conjunto de detectores de ondas de radio. Luego, los emplearon para extraer propiedades clave de los entornos de las tormentas, incluida la altura de la superficie terrestre y del agua, la altura de la zona de carga, las temperaturas de la base y la cima de las nubes y las concentraciones de aerosoles.
Con estos datos, los investigadores buscaron correlaciones entre cada uno de estos factores y la fuerza del súper rayo, obteniendo información sobre qué causa rayos más fuertes y qué no. Los resultados del estudio los publicaron en la revista Journal of Geophysical Research: Atmospheres.
Encontraron que, a diferencia de estudios anteriores, los aerosoles no tenían un efecto significativo sobre la fuerza de los súper rayos. En cambio, una distancia más pequeña entre la zona de carga y la superficie terrestre o acuática provocó rayos significativamente más energizados.
Además, determinaron que las tres regiones que experimentan la mayor cantidad de súper rayos (el Océano Atlántico nororiental, el Mar Mediterráneo y el Altiplano) tienen una cosa en común: espacios cortos entre las zonas y superficies de carga de rayos. (Le puede interesar: ‘Garumbatitan’, la nueva especie de dinosaurio gigante recién descubierta)
Para los científicos, conocer que una distancia corta entre una superficie y la zona de carga de una nube genera más súper rayos los ayudará a determinar cómo los cambios en el clima podrían afectar la aparición de estos en el futuro.
elespectador.com
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