No todos «les aseseres» son buenos;
hay que saber distinguirles
–Chopenjawer

La noticia relevante en el mundo político, en las recientes horas, fue la salida de Joana Marlen Bautista como directora administrativa del Poder Judicial.

Su salida era más que inminente, pues en los últimos meses habían recrudecido los conflictos con diversos actores políticos (de los de peso, los que deciden en Veracruz) por su forma de actuar tan inmadura y soberbia.

Desde hace rato se sabía, por ejemplo, que Joana ya estaba peleada con su padrino político Eleazar Guerrero, poderoso subsecretario de Finanzas, quien la había colocado en el cargo donde se ve todo lo administrativo (cargos, contratos, etc.) del Poder Judicial.

Joana, en sus inicios, no tuvo problemas para colocar así a muchos recomendados, ya que –señalan fuentes del Poder Judicial– logró manipular a su antojo a la entonces magistrada presidenta Isabel Inés Romero Cruz, una persona de la tercera edad con problemas de narcolepsia quien llegó al cargo luego de acuerdos políticos para destituir a la anterior, Sofía Martínez Huerta.

Una vez peleada con Eleazar, éste la destituyó de su cargo como enlace de «Unidos Todos», la organización que encabeza el subsecretario para hacer promoción de la Cuarta Transformación, y a quienes se les ha visto muy activos en mítines de Claudia Sheinbaum o Rocío Nahle.

De hecho, dicen que algo que molestó mucho al jefe de ese grupo es que Joana llegó este lunes a las oficinas del Comité Estatal de Morena, cuando llegó Rocío Nahle a inscribirse para encabezar los comités de Defensa de la 4T en Veracruz, para tomarse la foto con una bandera de «Unidos Todos», siendo que ella ya no pertenece a la organización. Ese fue el pretexto para, definitivamente, sacarla del cargo.

Pero no es la única persona con la que se ha peleado por su actitud.

Un conflicto que fue secreto a voces fue el que mantuvo contra la diputada panista Nora Lagunes (aliada de la 4T, pese a pertenecer al principal partido de oposición), a quien le hizo campañas bastante negras y vulgares a través de redes sociales usando a su hija (vaya asesores, eh; por eso les va como les va).

El pleito inició (y ella lo platicó con cercanos) porque acusaba a la legisladora de ataques en su contra; que gracias a sus influencias en la Secretaría de Seguridad Pública –donde despacha el hijo de su ex protector Eleazar– la gente de la Policía Cibernética le detectó de dónde provenían los golpes y ubicó a la diputada panista.

¿Qué decían de ella? Según fuentes cercanas a Joana, a mediados del año pasado empezaron a circular mensajes apócrifos donde decían que ella era hija o nieta de una dueña de una cantina en Martínez de la Torre, a manera de denostar sus inicios humildes. También hicieron circular un video donde se le ve besándose con una persona de nombre Daniel, estando ya casada con su actual esposo.

El problema es que Joana no contestó de manera inteligente como dialogar directamente a Nora o usar otros canales sin hacer tanto escándalo, sino que lo hizo de la manera más torpe (otra vez los «genios» asesores): usando a la hija de la diputada con memes grotescos.

Desde ahí Joana ya estaba confrontándose con sus propios protectores, pues Nora es una aliada clave de la 4T. No se daba cuenta tampoco que sus asesores la estaban usando para otros fines como golpear al Congreso del Estado o a su principal actor: el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, pero no es de extrañarse: es hábil para entrar o usar cargos públicos, pero no es brillante.

(Un ejemplo de esto, es que Joana quiso hacer una denuncia en contra de Nora, pero no supo presentar los argumentos bien ante las instancias correctas; esto le valió el pitorreo del personal del Poder Judicial porque decían que teniendo un marido abogado no se pudo asesorar bien).

De hecho, fue el propio Congreso del Estado quien destapó toda la cloaca que Joana Marlen tenía en el Poder Judicial: a través de una auditoría se reveló que existían empresas fantasmas al interior del Poder Judicial, así como irregularidades en asignación de contratos a proveedores; muchos empresas afectadas, se sabe, presentaron demandas por ese asunto.

También se supo que entre las empresas fantasmas hay factureras que se usaron para comprobar lana faltante o para sacar dinero y justificar el gasto con facturas apócrifas.

Por esas irregularidades, la obligaron a ella a correr al contralor interno del Poder Judicial, uno de sus allegados.

Peleada con Eleazar y Cazarín (hombres fuertes de la 4T en Veracruz), y desesperada por protección, comentan que Joana acudió al gobernador Cuitláhuac García para pedirle su ayuda, pero éste diplomáticamente la mandó a freír espárragos: «Mira, ya van dos y el problema no son ellos que me resuelven; el problema eres tu».

Otra con la que mantuvo problemas –y no dimensionó la estupidez de lo que estaba haciendo por no respetar su investidura ni jerarquía– fue con la actual magistrada presidenta del Poder Judicial, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre. Uno de estos conflictos fue que pedía cargos a nombre del gobernador, pero la togada consultó al Ejecutivo y éste le dijo que no era cierto.

Por eso no era rara la ausencia de Joana Marlen en eventos oficiales: no era convocada ni era bien vista por su titular.

Ya desde entonces, era inevitable su salida pese al gran poder que tuvo, al grado de que hasta logró poner como director a su cónyuge –hijo de un conocido magistrado– en el Centro Estatal de Justicia Alternativa de Veracruz (CEJAV).

Hace algunos días, también fue un escándalo ruidoso la salida de Ofir Aly Gutiérrez Ponce, su director de Recursos Materiales –hijo de un conocido notario– por un viaje que hizo recientemente a Las Vegas y que su propia esposa ventiló en redes sociales. Aquí el asunto fue que Ofir Aly no se fue por su viaje a Estados Unidos –Las Vegas es relativamente barato como destino turístico y cualquier burócrata de medio pelo puede ir con ofertas– sino que el mensaje era para Joana: por sus constantes conflictos la estaban cercando corriendo a su gente.

En los pasillos del Poder Judicial comentaban que no sólo era pronta su salida, sino otra situación más grave que tendrá que afrontar ella y sus cercanos: rendir cuentas.

Por ejemplo, dicen que hay varios magistrados que están afilando uñas y dientes para cobrar la fría venganza de que Joana Marlen les redujo salarios y les quitó privilegios usando el nombre del gobernador.

El pasado miércoles por la noche trascendió que a Joana Marlen le habían sacado de su oficina hasta con policías. Según la fuente, lo de la fuerza pública fueron instrucciones de la presidenta, quien mantiene una excelente relación con el gobernador.

Esto seguramente le trajo recuerdos a Doña Joana, porque fue ella quien también usó a policías para sacar de sus oficinas a dos magistradas: Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros (recientemente fallecida) y Gladys Pérez Maldonado (recientemente reinstalada).

También seguramente Doña Sofía (a quien sacó con excesiva rudeza del cargo), desde el más allá, debe estar regocijándose.

Joana ya era un «cáncer» en el Poder Judicial; ahora falta ver si se extirpó a tiempo.

ÚNICA NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Este martes, en el desayuno que tuvo Rocío Nahle con diputados federales de la CuatroTé en el puerto de Veracruz, se vio una unidad muy fuerte y sólida en torno a la posible candidata a la gubernatura. Una de las que acudió y estuvo en la mesa dialogando por un buen rato de diversos temas con la actual secretaria de Energía, fue la diputada Rosamary Hernández Espejo, quien en el puerto tiene la estructura para apoyarle con fuerza contundente ya que es la legisladora que más camina su distrito: «La gente sabe que las mujeres vamos con todo», me comentó antes de partir a la Ciudad de México para seguir chambeando desde la Cámara de Diputados.