Por: Juan Javier Gómez Cazarín
Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz.
Ya lo puedo decir a los cuatro vientos: estoy completamente con Claudia Sheinbaum y su proyecto. Y, desde luego, estoy muy contento de que ella sea la Coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, lo que garantiza seis años más de cambio profundo para México.
La neta es que mi simpatía por Claudia tampoco era un supersecreto para la gente que me conoce y sabe de mi convicción de que a México y Veracruz ha llegado el tiempo de las mujeres.
Lo que pasa es que las reglas internas de Morena impedían que los coordinadores de los Grupos Legislativos de nuestro partido, lo mismo que Gobernadores, Alcaldes y otros funcionarios, en todo el país, expresáramos algún respaldo o, incluso, simpatía, por quienes buscaban la Coordinación.
Personalmente, tengo mis dudas con eso de limitar a las personas de expresar su opinión, pero como al mismo tiempo soy respetuoso de las reglas, pues me quedé callado todo este tiempo. Con decirles que no se me fue ni un “like” en Facebook, ni un corazoncito en X, antes Twitter.
Por eso, el miércoles, cuando ya no aplicaba esta regla porque se dieron a conocer los resultados de la encuesta, acudí como un morenista más a festejar el triunfo de Claudia a la Plaza Lerdo (donde saludamos al gobernador Cuitláhuac García desde el balcón).
También por eso y antes de que vuelva a haber veda de declaraciones, aprovecho siempre que puedo para repetir que en Veracruz la buena es Chío. ¡Yo estoy con Rocío Nahle!
¿Qué sigue para Morena? Ahora que el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó el bastón de mando de nuestro movimiento a Claudia y que el Consejo Nacional le entregó su constancia de ganadora, lo que queda es cerrar filas y conservar, por encima de todo, la unidad. Esa unidad que nos llevó al triunfo histórico de 2018 y que ratificamos a nivel federal en 2021 (más las gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales de los otros años).
La unidad que parte de la certeza de que en el movimiento de la 4T nadie sobra. Todas y todos tenemos un lugar, un papel qué jugar, una misión qué cumplir y una aportación qué sumar al proyecto.
Lo he dicho antes: creo que Marcelo, Adán Augusto, Noroña, Monreal y Velasco son gente valiosa que atrajo alrededor suyo algún grado de simpatía popular que, sin importar las cifras, nunca es despreciable.
Ojalá que Marcelo recapacite –está a tiempo-, porque estoy seguro de que sus simpatizantes, como lo dijo la senadora Malú Mícher, se sienten felices dentro de Morena y quieren seguir siendo parte de la 4T.
Por lo pronto, el jueves es 15 de septiembre y tenemos muchas razones para gritar ¡viva México!