Este domingo, miles de veracruzanos salimos a las calles, de la misma forma en que sucedió en al menos 62 ciudades del país, para celebrar la entrega de la constancia como coordinadora del Frente Amplio por México a Xóchitl Gálvez, lo que la convertirá en candidata a la Presidencia de la República. La marea rosa está en marcha.
Así, mientras organizaciones civiles, movimientos sociales, partidos políticos y ciudadanos sin partido nos hemos movilizado para construir una verdadera candidatura presidencial ciudadana, en Morena naufragan entre acusaciones de un proceso inequitativo y tramposo, donde las propias corcholatas desconfían de la veracidad de sus encuestas.
El próximo miércoles, el Presidente López Obrador consumará la patraña de una decisión que tomó hace más de un año: la designación de Claudia Sheinbaum como la heredera de un movimiento en ruinas.
Lo hará usufructuando uno de los elementos más importantes en varias culturas indígenas de México, la entrega del bastón de mando como símbolo de la máxima autoridad. Es una burla para nuestros pueblos originarios y la Constitución.
Sin embargo, la naturaleza antropófaga de Morena terminará por devorar al Presidente y a su movimiento. Los tambores de guerra suenan en todas sus tribus.
En cambio, el Frente Amplio por México realizó un proceso ejemplar. A diferencia de Morena que todo lo decidirá por encuestas que nadie conoce, en el FAM decidimos presentarnos ante la ciudadanía en foros públicos y realizar una verdadera consulta ciudadana que se celebraría precisamente este domingo 3 de septiembre.
Pero las organizaciones civiles y las dirigencias partidistas decidieron no correr el riesgo de que AMLO y su gobierno intervinieran a través de sus partidarios y grupos de la delincuencia organizada –como lo han documentado medios de comunicación- para distorsionar el proceso y acusar de hechos delictivos que ellos mismos habrían cometido.
La certeza de las encuestas del FAM, cuya metodología tuvo el reconocimiento de todos, permitió concluir el proceso garantizando su legalidad y transparencia, algo que no lograrán las encuestas del morenismo mesozoico tardío.
El FAM ya tiene a su candidata a la Presidencia de la República. Xóchitl Gálvez es una mexicana de muchos colores.
No pertenece a ningún partido político, pero ha logrado conciliar los intereses de muchos sectores de la población, de organizaciones civiles y grupos ciudadanos agraviados por la violencia e inseguridad, la corrupción y la indolencia ante la tragedia de millones de familias mexicanas.
Junto a ella, es momento de construir los cimientos de una sólida alianza electoral que derive en un verdadero gobierno de coalición. Esa también debe ser la ruta que sigan los procesos internos para la elección de quienes serán los candidatos a gobernador en nueve estados de la república, entre ellos, Veracruz.
Hago un reconocimiento público a mi muy querida amiga Beatriz Paredes. Se trata de una mexicana de excepción que será una pieza clave en la construcción de un nuevo sistema político. Una vez más, ha puesto toda su capacidad, talento y experiencia, al servicio de México. La historia se lo reconocerá.
La puntita
De los creadores de un aeropuerto sin pasajeros y una refinería sin gasolina, les presentamos ahora un tren maya que no camina. Resulta que “la obra más importante que se construye en el mundo”, según AMLO, se descompuso con él a bordo. Es el karma de la 4T.