Una startup tecnológica entrerriana desarrolló un robot que aplica rayos UV en cultivos de frutas, lo que permite la eliminación de plagas sin utilizar agroquímicos

Luego de investigar el uso de rayos ultravioleta (UV) para la descontaminación de ambientes, el bioingeniero entrerriano Santiago Romero Ayala, fundador de Lumi, una startup tecnológica, decidió enfocarse en el uso de esta tecnología para eliminar plagas del agro sin utilizar agroquímicos. Comenzó con la frutilla, un cultivo muy popular y del que Argentina es exportador.

Esta fruta fina es una de las que encabeza el ranking de uso de agroquímicos según un informe de la organización Environmental Working Group (EWG). En Argentina se encontraron restos de hasta 17 plaguicidas en frutillares, que además son atacados por casi 200 especies de insectos como polillas, mosca de la fruta, gorgojos y escarabajos; ácaros, pulgones y hongos, entre otras plagas.

Cada vez más, los consumidores exigen alimentos libres de químicos. A su vez, países como los europeos imponen restricciones a la importación de alimentos que han sido fumigados y esto plantea un enorme desafío para los productores.

Una alternativa que se estaba ensayando en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, es utilizar UV-C (ultravioletas de onda corta) en dosis pequeñas.

«La luz UV-C es la misma que irradia el sol. Este principio responde a la sabiduría popular de nuestras abuelas que ponían la ropa y los colchones al sol para matar los ácaros. Solo que nosotros lo hacemos en dosis concentradas directamente sobre la planta. Esto no daña las frutas, no cambia sus propiedades, y además alarga su duración en la góndola y evita el uso de pesticidas», aseguró Romero Ayala a Télam.

Con esta premisa, el biotecnólogo y emprendedor construyó un equipo de aplicación manual de rayos UV para plantaciones de frutilla. «El problema es que las aplicaciones deben ser muy precisas y hay que hacerlas de noche, porque durante el día los microorganismos desarrollan una resistencia a los rayos UV», comentó.

El proyecto Lumi comenzó en la pandemia. Romero Ayala, que se había recibido de bioingeniero y se desempeñaba como evaluador de proyectos en la incubadora de la Universidad Nacional de Entre Ríos, convocó a los dueños de una pyme metalúrgica para fabricar equipos de luz ultravioleta con el fin de desinfectar ambientes.

Esta solución ya se estaba usando en algunos países para eliminar el virus del SARS-CoV-2, pero en Argentina no se conseguía. En una semana, los emprendedores entrerrianos lograron armar el equipo localmente y empezaron a llevarlo a hospitales, fábricas y líneas de transporte en todo el país.

Así, Lumi tuvo un boom de ventas y recibió varios premios, como el IB50K del Instituto Balseiro y el Premio CAME Joven de la Confederación de la Mediana Empresa. Pero con la llegada de las vacunas, la demanda comenzó a mermar y Romero Ayala decidió volcar el uso de esta tecnología para eliminar microorganismos que afectan a los cultivos. Ese fue el inicio de Lumi Agro.

Una vez desarrollado el equipo de rayos UV manual, el paso siguiente es automatizar el proceso mediante un robot aplicador. Si bien con la ropa de protección adecuada la exposición a rayos UV no presenta riesgos para los trabajadores, la tarea es engorrosa, debe hacerse en horarios nocturnos, y la realidad es que para este tipo de tareas rurales hay escasa mano de obra disponible. De ahí la conveniencia de utilizar para esto un robot.

Para diseñarlo, el bioingeniero acudió a especialistas del Instituto de Investigación en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional (SINC) de la Universidad Nacional del Litoral. Y a comienzos del año pasado se inscribió al concurso de Soluciones Innovadoras para Desafíos de Software del Ministerio de Ciencia de la Nación y la Fundación Sadosky.

La iniciativa resultó entre las 16 seleccionadas y recibió el acompañamiento de esta fundación público privada que articula y financia proyectos de ciencia y tecnología.

El desarrollo del robot requiere el trabajo de un equipo con conocimientos de mecánica, electrónica, sensores y algoritmos. Actualmente, está en fase de prototipo y su creador espera comenzar con las pruebas de campo en los próximos meses.

En principio, se harán en campos de frutilla, pero la idea es probar esta solución en otro tipo de cultivos, especialmente de frutas, ya que en los de hoja los ensayos no han resultado efectivos.

En el interín, a partir de integrar una misión comercial al norte de África junto a otras startups entrerrianas, Lumi Agro fue seleccionada para participar en un programa de incubación en Argelia.

«Allí tienen un polo tecnológico para el agro impresionante. Es un país productor de dátiles, uvas y tomates de exportación, con lo que podremos probar allí nuestros equipos con miras a exportarlos», aseguró el emprendedor.

diariopopular.com.ar

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