En guardia, como en el boxeo, pues acababa de lanzarle un insulto a su interlocutor, Carlos Brito Gómez esperaba al influyente funcionario estatal que ya lo tenía harto con sus intrigas y el bloqueo de recursos.
Eran los tiempos de Miguel Alemán Velasco y un joven al que el gobernador le había dado toda su confianza para resolver los asuntos del gobierno hacía y deshacía a su antojo, arrasando al que se le ponía enfrente.
La escena descrita ocurrió en el Palacio de Gobierno, cerca de la oficina del gobernador. Brito, tranquilo generalmente, siempre guardando las formas, ese día, como otros en que fue necesario, mostró el carácter.
Tras su fallecimiento deja un buen legado en la política veracruzana y es ejemplo de cómo debe cuidar su imagen un político.
Nunca estuvo en escándalos ni proyectó riquezas. Cumplió cabalmente en las funciones que le encomendaron, desde ser agente del Ministerio Público hasta subsecretario de Gobierno, pasando por alcalde, diputado y delegado del PRI con gran poder.
Proyectó además a un gran número de jóvenes que alcanzaron buenas posiciones, algunos de los cuales no le aprendieron nada sobre cómo pasar por la política sin mancharse.
Hoy descansa en paz y seguramente ya se reencontró con otro político veracruzano que dejó huella y es su amigo, Guillermo Zúñiga.
El Secretario de Gobierno a lo mejor está a tiempo de salvar su candidatura… a una diputación, federal o local.
Al segundo comentario del presidente López Obrador sobre el caso de la promoción hecha por Patrocinio Cisneros para lograr ser candidato de Morena a la gubernatura se le han dado diversas lecturas.
Este columnista cree que la interpretación correcta va en el sentido de que atienda las palabras de AMLO en forma literal.
Si en la primera ocasión hubo dudas de si tenía conocimiento sobre el tema y si esperaba la pregunta o solo contestó a botepronto, ahora no las hay. El Presidente respondió a sabiendas y escogió ser sarcástico.
El trato durísimo que da en las mañaneras es para los opositores. Para los de casa hay gracia. Ahí está el ejemplo de lo sucedido con Ricardo Mejía Berdeja, a quien no le fue peor dado los servicios que había dado como subsecretario de Seguridad.
Sin decirlo, López Obrador, decididor de las encuestas, volvió a colocar al frente de la lista de Veracruz a Rocío Nahle.
Lo que se ve es que la Secretaria de Energía ya rindió cuentas por la refinería ante quien debe rendirlas –no ante el director de Pemex ni ante el secretario de Hacienda- y la fecha de producción ha sido corrida a noviembre.
Si para esas fechas no está aún, pues se volverá a correr, pero para ese entonces Nahle será candidata, favorecida por su cercanía con el Presidente e incluso hasta por cuestiones de género, pues estarán en juego nueve gubernaturas y cinco candidaturas deben ser para mujeres.