Estamos a casi un año de que concluya la administración del gobernador morenista Cuitláhuac García Jiménez y, lo mismo que ocurre a nivel nacional, vemos a los aspirantes de su partido a sucederlo en abierta promoción electoral, sin ningún recato o respeto por la ley. Por ello, es buen momento para cuestionarnos seriamente cuáles han sido los logros de Morena en el Gobierno de Veracruz y si es pertinente o no que los representantes de este partido se mantengan en el poder.
Mucho se ha dicho sobre que Morena pudo triunfar hace 5 años, porque su discurso hizo eco en la mente de muchos mexicanos, debido a que criticaba la situación de desigualdad social imperante en el país, los abusos y excesos de la frívola clase política y prometía acabar con la pobreza, causada, según este discurso, por la corrupción de los gobernantes anteriores en acuerdo con lo que desde entonces el candidato Andrés Manuel López Obrador llamaba la “mafia del poder”.
En Veracruz, Cuitláhuac García, ganó las elecciones de 2018 como consecuencia, principalmente, del arrastre que tuvo Morena y López Obrador a nivel nacional, pero también como resultado del hartazgo social acumulado en contra de las dos administraciones estatales anteriores: la de Javier Duarte de Ochoa, marcada por múltiples y grotescos escándalos de corrupción y la de Miguel Ángel Yunes que hizo de la represión policial su sello, además de que prácticamente dedico todos sus esfuerzos como gobernante solo para asegurar el cargo a su primogénito, quien fue candidato a gobernador en aquel mismo 2018.
Los periodistas y analistas de Veracruz, quienes diariamente dan seguimiento a la vida política de la entidad y que muchas veces disponen de información de primera mano, sostienen hasta la fecha que la estructura duartista volcó su apoyó a Cuitláhuac García y Morena en las elecciones de 2016 y 2018, con la intención de evitar que los Yunes azules se mantuvieran el poder, poniendo como condición que Javier Duarte no pisaría la cárcel y que varios de sus ex colaboradores encarcelados serían liberados. El apoyo, dicen, no fue solo en la movilización de masas durante el proceso y la jornada electoral, sino también con dinero salido de las arcas públicas. Existen, además, señalamientos sobre que hubo operación de grupos de la delincuencia organizada a favor del profesor universitario habilitado como gobernador.
Pero fuese como fuese, Morena ganó aquellas elecciones y tuvo la oportunidad durante estos 5 años de mostrar que su proyecto de gobierno era efectivamente superior en muchas áreas a las de los otros partidos y también tuvo ya la oportunidad de probar que sus cuadros políticos eran más honrados y capaces que los anteriores gobernantes. Sin embargo, en ambas cosas fracasaron. Tampoco cumplieron sus promesas centrales de campaña: acabar con la corrupción gubernamental y reducir la pobreza.
No se acabó con la pobreza, es más, ni siquiera se redujo considerablemente. Apenas el pasado 17 de julio, el Observatorio de Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana, informó que en Veracruz el 52% del total de la población se encuentra en pobreza laboral. Lo que significa que 4 millones 200 mil personas tienen un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria, o sea que son personas que tienen un empleo formal o que tienen una fuente de trabajo en el sector informal, pero cuyos ingresos no les alcanza para costear los gastos de alimentación, medicinas, vivienda y educación para sus hijos.
Este dato muestra el grave deterioro del bienestar social al compararse con el valor registrado en 2012, año en que la población en pobreza laboral era del 47.6% de la población total del estado. Esta situación coloca a Veracruz en el cuarto lugar entre los estados con la mayor proporción de población en pobreza laboral, sólo superado por Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Es decir, actualmente Veracruz es el cuarto estado con más pobres en todo el país.
Realmente se ha hecho muy poco para revertir esta situación, pues no se han generado los empleos con el ingreso digno y suficiente que le permita a la población superar la pobreza, al contrario, lo que ha pasado es que los empleos formales se han perdido por miles. El propio Observatorio de Finanzas Públicas de la UV, reveló que tan solo durante los últimos tres meses, Veracruz acumuló una pérdida de 9 mil 614 empleos formales, debido a las reducciones que se han registrado en abril de 3 mil 841 empleos, en mayo de 4 mil 917 y en junio de 856. Esta reducción del empleo impide que se pueda recuperar la situación que había antes del inicio de la pandemia. Debido a este comportamiento, Veracruz ocupa el último lugar entre todos los estados del país, por tener la mayor pérdida de empleos. Una tragedia.
Pero no solo en el terreno económico el legado del sexenio morenista es nefasto, también lo es en el terreno de la seguridad pública. Veracruz ocupa el primer lugar nacional por el número de víctimas que ha dejado la inseguridad tan solo en el primer semestre de este 2023, de acuerdo con el diagnóstico de la organización Causa en Común, la cual dio seguimiento a las notas periodísticas de violencia generadas durante ese periodo en todo el país. La agrupación señaló que a nivel nacional se acumularon al menos 6, 460 víctimas de atrocidades y uno de los estados con más víctimas registradas durante el periodo fue Veracruz, con al menos 899. Además, la entidad tiene el registro de, al menos, 130 atrocidades cometidas entre enero y junio de este año, en donde resaltan: 27 asesinatos de mujeres con crueldad extrema, 16 masacres y 24 casos de tortura. Un verdadero baño de sangre que las autoridades estatales no han podido frenar y que crece como bola de nieve. Además, desde 2018, Veracruz suma 2,426 personas desaparecidas, de las cuales el 74 % son hombres y el 24% son mujeres
Y mientras en estos y otros rubros la situación de los veracruzanos ha empeorado con Morena en el poder, desde Palacio de Gobierno en Xalapa, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se ha dedicado a reprimir con saña y violencia a todas las voces criticas y disidentes con su gobierno: periodistas, dirigentes de los partidos políticos de oposición, organizaciones sociales, asociaciones de trabajadores y ciudadanos de a pie. Llama la atención el hecho de que, según Censo Nacional del Sistema Penitenciario Federal y Estatal 2023, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 71% de los presos en Veracruz se encuentran recluidos bajo la figura de prisión preventiva, no se le da seguimiento al proceso y no han sido juzgados por delito alguno.
Morena tuvo la oportunidad de regenerar la vida política de México y en Veracruz también tuvo su oportunidad, pero falló. Dígase lo que se diga, la pobreza, la corrupción y la violencia no se combatieron ni disminuyeron, ahora la situación es peor que antes. Ciertamente antes de Morena las cosas ya estaban mal y ello explica en parte su rápido ascenso al poder, pero ahora que ha mostrado su ineficacia, es necesario pensar en construir una verdadera fuerza social y desarrollar un verdadero proyecto de nación que sí nos saque del atolladero histórico en el que nos encontramos, que sea capaz de rebasar a Morena por la izquierda y haga los cambios profundos que México sí necesita y que son urgentes. Los antorchistas creemos que solo con la mayoría del pueblo trabajador organizado y consiente de sus verdadero intereses, se puede construir una patria y un estado distintos y esa es la enorme tarea en la que trabajamos diariamente.
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