El Departamento de Educación de Estados Unidos abrió una investigación en torno a las admisiones por legado y por donaciones en la Universidad de Harvard, que presuntamente benefician a estudiantes blancos y de familias acaudaladas, informaron este martes grupos de derechos civiles.

“Nuestra demanda abrió una conversación a nivel nacional sobre las prácticas injustas y preferenciales que usa Harvard“, dijo en una teleconferencia de prensa Oren Sellstrom, director de Litigios de la organización Abogados por los Derechos Civiles (LCR, en inglés), que este mes presentó una querella contra esa política.

El sistema de admisiones por legado otorga preferencia en el ingreso a la universidad de estudiantes que tengan relación familiar con exestudiantes, lo cual restringe el número de admisiones para otros aspirantes.

Según los demandantes, casi el 70% de las solicitudes de admisión relacionadas con donantes son presentadas por blancos, y la misma proporción de los solicitantes por legado pertenecen también a ese grupo demográfico.

La admisión por legado, añadieron, “pone sistemáticamente en desventaja a los estudiantes de color, incluidos afrodescendientes, latinos y asiáticoestadounidenses”.

“El 75% de los estadounidenses rechazan las admisiones por legado. Ha habido una respuesta abrumadora de las comunidades de color, e incluso de familias que podrían beneficiarse, pero se dan cuenta de que estas prácticas son injustas”, afirmó Sellstrom.

Una carta enviada a los demandantes por la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación indica que, dado que la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, “recibe asistencia financiera federal, está sujeta al Título VI y sus regulaciones”.

Esa estipulación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 prohíbe la discriminación con base en la raza, el color o el origen nacional en cualquier programa o actividad que reciba ayuda del Departamento de Educación.

Michael Kippins, el abogado que llevó adelante la demanda, dijo que la iniciativa “desafía la práctica discriminatoria de las admisiones por legado, que dan ventajas no obtenidas por méritos a estudiantes que simplemente han tenido un familiar en la universidad“.

Zaida Ismatul Oliva, directora ejecutiva del Proyecto Chica —quien trabaja en favor de mujeres jóvenes y fue parte de la demanda—, dijo que esas prácticas “son una de las barreras más grandes para las mujeres de color e impiden emparejar la ecuación”.

A fines de junio el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que son inconstitucionales las admisiones que toman en cuenta los factores raciales para mejorar la representación de minorías y alumnos de bajos ingresos, un fallo que fue considerado un golpe para estos grupos de estudiantes por organizaciones civiles.

La decisión atrajo la atención sobre la práctica, vigente en numerosas universidades, de reservar puestos en el proceso de admisión para los estudiantes cuyas familias han recibido educación, o han hecho donaciones, a las instituciones de educación superior.

En respuesta a esa decisión del máximo tribunal, LCR presentó la querella ante la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación.

“Lo que buscamos es justicia y ecuanimidad”, dijo Abdulkadir Hussein, fundador de Desarrollo Económico de la Comunidad Africana en Nueva Inglaterra, cuando su organización se sumó a la demanda.

“Las admisiones universitarias no se sustentan en los méritos, se sustentan en los apellidos y en cuán grande es la cuenta bancaria”, añadió.

Latinus

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