Murió el escritor Milan Kundera, una de las grandes voces de la literatura mundial, autor de La insoportable levedad del ser, a los 94 años en París. A través de un comunicado, su editor Gallimard precisó que el eterno candidato al Premio Nobel, falleció «el mediodía del martes 11 de julio de 2023».
«Lamentablemente puedo confirmar que el señor Milan Kundera falleció ayer (martes) tras una prolongada enfermedad», declaró por su parte a la AFP Anna Mrazova, portavoz de la Biblioteca Milan Kundera, en Brno.
Kundera forma parte de una reducida estirpe de escritores como el ruso Vladimir Nabokov que decidió cambiar de lengua a mitad de su carrera literaria.
Marcado por el totalitarismo comunista que sojuzgó a su país durante buena parte del siglo XX, Kundera inició su carrera literaria con un poemario en checo, El hombre es mi jardín. Se pasó al francés a mediados de los años 1980, una vez instalado en París, donde vivió hasta el final de su vida junto a su esposa Vera.
Milan Kundera y el despojo de su nacionalidad checa
Milan Kundera nació el 1 de abril de 1929 en Brno, segunda ciudad checa. En 1967 publicó su novela revelación: La broma.
Fue despojado de su nacionalidad checa tras caer en desgracia con las autoridades de su país durante la Primavera de Praga, el movimiento de reforma de 1968 aplastado militarmente por la Unión Soviética.
Adoptó la nacionalidad francesa en 1981 y no volvió a recuperar su nacionalidad checa hasta 2019.
Es uno de los pocos escritores vivos que ingresó en la prestigiosa colección literaria La Pléiade, de Gallimard.
La novela que lo consagró internacionalmente fue La insoportable levedad del ser, publicada en 1984, un retrato sarcástico de la condición humana y una de las novelas contemporáneas más influyentes.
Como autor checo había publicado La broma y El libro de los amores ridículos (1969), un conjunto de textos que hacen un amargo repaso de las ilusiones políticas de la generación del golpe de Praga que, en 1948, permitió la llegada de los comunistas al poder.
Como muchos otros exiliados, la relación con su país fue compleja, incluso tras el regreso de la democracia a todo el bloque de Europa del este.
Algunos intelectuales checos le reprochaban su escasa actividad pública en favor de su cultura natal.
Kundera era un autor enormemente conocido y traducido (más de 50 lenguas), pero muy discreto.
Regresó regularmente a la República Checa y a su ciudad natal, pero la mayoría de veces de incógnito.
«Inmensa tristeza. Milan Kundera había elegido Francia para no dejar nunca de ser libre. A lo largo de muchas páginas nos ayudó a descubrir quiénes somos, a encontrar un camino entre lo absurdo del mundo. Con él muere una de las más grandes voces de la literatura europea», reaccionó en Twitter la ministra de Cultura francesa, Rima Abdul Malak.
Kundera había sido objeto de varios falsos rumores macabros sobre su muerte en redes sociales en los últimos años.
«Cuando uno es joven no es capaz de concebir el tiempo como un círculo, sino como un camino que te conduce a horizontes siempre nuevos: uno no se da cuenta que la vida solo contiene un tema», explicó en una ocasión el escritor.