Hace un mes, un día antes del Consejo Nacional de Morena, el presidente López Obrador vociferó diciendo que para el 2024, “ya no hay cargadas”, “tapados”, ni “dedazos” y que una vez que el pueblo elija al candidato o candidata, vía encuesta, no sólo cerrará filas, sino que lo respaldará, sea hombre o mujer.
Y entonces, los gobernadores de Morena soltaron la carcajada y abrieron el cajón del dinero para promover a su corcholata favorita.
Durante el Consejo, se aprobó la convocatoria para elegir al “Coordinador de los Comités de Defensa de la 4T” (sic), que no es otra cosa que el candidato a la presidencia de la república. Uno de los puntos clave, era que los gobernadores y funcionarios públicos se abstendrían de participar en los actos de campaña de las corcholatas. Nadie lo creyó.
Al día siguiente, en su tradicional y trompicada conferencia de prensa, el góber jarocho dijo, cruzando sus dedos índice y corazón, exhortará a su gabinete a abstenerse de acudir a mítines o mostrar su apoyo a algún candidato.
Trató de explicar –de la singular forma que él sabe hacerlo-, que respetaría el acuerdo y que pediría a los funcionarios de su gobierno que ni siquiera en sus días de descanso acudan a campañas a favor de algún candidato o candidata, de lo contrario, el partido podría sancionarlos (recontra sic).
“Yo tengo una reunión del gabinete al rato, les voy a expresar que miembros del gabinete y titulares; no obstante, el Consejo de ayer, Morena, solo fue para los titulares, lo voy a cambiar a también subsecretarios”, dijo. ¡¡Y todos volvieron a soltar la carcajada!!
En medio de tanta risa, en su visita al puerto, Marcelo Ebrard amagó con denunciar al gober salsero y bailador, y a cualquier otro militante de su partido que promueva con recursos públicos a sus contrincantes. Dijo que “cualquier funcionario público que realice estos actos estarían contraviniendo con los ideales del partido, los cuales son no robar, no mentir y no traicionar”. Juar, juar, juar.
Bueno, pues ya tiene la oportunidad de chingarse al primero: Eleazar Guerrero.
Resulta que este fin de semana, con la más alta tecnología de redes sociales, el primo incómodo lanzó vía whatsapp la invitación para asistir al “Sheinbaumfest” que le organiza “Unidos Todos” el próximo jueves 13 de julio en el campo deportivo de las Bajadas en el puerto.
Cientos de teléfonos celulares empezaron a compartir la invitación que contaba con mapa del sitio, registro personal y formato de asistencia elaborado por un supuesto Comité Ciudadano para que Siga la Transformación y también la invitación.
Atrás quedaron los tiempos de la matraca, la corneta y los volantes. Ahora, con una tecnología que vale millones, Unidos Todos se apresta a hacer lo que el Presidente, el Consejo y hasta el Gobernador, dijeron que no harían: meterle dinero público a las corcholatas para financiar sus actos de campaña.
Así que después del paso por Veracruz de Adán Augusto y Marcelo Ebrard, la corcholata mayor viene a intentar levantar su campaña luego de la madriza que le han puesto el Presidente y Xóchitl Gálvez.
Resulta que cada que el Peje golpea a la senadora, se vuelve nota de primera plana, mientras que la Sheinbaum no aparece por ningún lado. Xóchitl no podría haber contratado a mejor publicista y jefe de campaña.
El acto del jueves pondrá en evidencia varias cosas: que el primo nada en billetes para hacer política; que el góber le valen madres las reglas y que está igual de asustado que la Sheinbaum; que lo del Consejo fue una vacilada y que ni las corcholatas van a protestar por la injerencia de los gobernadores; y que los morenos aprendieron la mejor técnica del acarreo, sólo que ahora más fifí y con mejor tecnología.
¡!Todos al Sheinbaumfest! Eleazar paga…
A AMLO no le gustan las viejas. Son su kryptonita
Para nadie es un secreto que López Obrador es un misógino consumado. Nomás no le gustan las viejas, odia el feminismo. No sabe cómo hablarles, tampoco como descalificarlas sin que le resulte contraproducente. Las mujeres son su kryptonita.
Desde antes de ser Presidente, López Obrador ha sido el dueño absoluto de la agenda política del país. No hay personaje, gobernador, dirigente de partido político, periodista o empresario que haya sobrevivido a la andanada de descalificaciones desde el púlpito de palacio nacional.
Salvo las mujeres. El movimiento feminista lo puso contra las cuerdas. Nunca supo qué responder, como contestar a las violentas y multitudinarias marchas –que él siempre asumió en su contra, promovida por sus adversarios- o como establecer un puente de comunicación.
Al menos en este tema, la pandemia le cayó como anillo al dedo. Las marchas se dejaron de realizar y el movimiento feminista se fue opacando resultado de lo que había sido su mayor fortaleza: carecían de una figura, de un liderazgo por lo que el presidente tenía que enfrentar a una hiedra de mil cabezas.
Este gobierno, como los anteriores, ha tenido una relación complicada con el movimiento feminista. Si bien AMLO ha designado a varias prominentes feministas para cargos importantes, también ha desestimado los problemas diarios de las mujeres, y la primera mitad de su mandato fue consumida por masivas protestas feministas.
López Obrador tal vez sepa cómo hablarles a las mujeres pobres. Pero nunca ha sabido hablarles a las feministas y ahora le ha salido el peor de sus demonios: una candidata de oposición que siempre ha abrazado el feminismo: Xóchitl Gálvez.
Como escribió Raymundo Riva Palacio, de un día para otro, el Presidente convirtió a Xóchitl Galvez en la rockstar de la política electoral del momento. Cuánto durará en la cima de la popularidad de quienes están en desacuerdo con López Obrador nadie sabe, pero si mantiene su misma línea de ataque contra ella, está garantizado que irá creciendo en la medida del hostigamiento político.
López Obrador ha vuelto a tropezar con el feminismo que lo exhibe en toda su misoginia. No supo cómo enfrentarlas antes. No sabe cómo enfrentarla ahora.
Salir de la ratonera
Mientras el Presidente presumía la llegada del primer vagón del Tren Maya, en la ciudad de México se registraba un nuevo accidente en las estaciones del Metro. Un convoy de la línea 9 descarriló justo en la estación Tacubaya, dejando varios heridos.
La candidatura de la Sheinbaum también se descarrila…