Lo que Nahle busca para agenciarse la candidatura en Veracruz, a la segura, es que AMLO le autorice ser una de las cinco mujeres que Morena lanzará para buscar gubernaturas en el 2024. De esa manera podría evadir la encuesta frente a los perfiles masculinos que le compiten.
Nahle se siente segura porque los partidos políticos están obligados a postular, por temas de paridad de género, a más mujeres que a hombres en las próximas candidaturas a gobiernos estatales: cinco féminas por cuatro perfiles masculinos. Quizá la jugada le salga, quizá no; todo puede pasar.
Lo cierto es que nadie prefiere el camino difícil al fácil y más en la política, donde frecuentemente lo más seguro acaba siendo lo que menos se concreta. Por eso Nahle no despreciaría (para nada), que la candidatura en Veracruz se decidiera por género y fuera ella, en definitiva, la abanderada por cuota obligada.
En contraste, Sergio Gutiérrez Luna, la opción que Adán Augusto López impulsa (y que ha buscado crecer sus números), intenta que esa cuota de género no aplique para Veracruz comunicando a AMLO que, en las encuestas que efectúan en Palacio Nacional, sus opciones de vencer a la oposición son más claras que las de Nahle.
Platiqué con la senadora y secretaria general de Morena, Citlali Hernández, quien me confirmó que nada está seguro aún para Veracruz, pues continúan sin decidir (en la sede nacional del partido), si aplicarán el tema de género o se irán con el resultado de la encuesta.
La moneda está en el aire y, ya sea Nahle, Gutiérrez Luna, el secretario de educación o hasta el delegado federal del Bienestar, la tarea no será fácil para el morenismo en Veracruz, pues la impopularidad de Cuitláhuac García les juega cada vez más en contra. Veremos qué ocurre.
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