El auténtico “as bajo la manga” de AMLO no es Marcelo Ebrard o Adán López, sino Alejandro Moreno (Alito), y el plan conjunto existente entre el presidente y el dirigente nacional tricolor, de reventar la alianza desde adentro, desde sus entrañas. Dicho acuerdo lo signaron con un apretón de manos en Palacio Nacional.
De esa forma Moreno pactó su tranquilidad “de por vida” ante la forma en que la 4T, (a través de Layda Sansores), semana a semana lo aplastaba con vergonzosos y reveladores audios. Fue así como las “exhibidas” a Alito cesaron de “manera milagrosa”.
El auténtico plan c de López Obrador consiste (como el mismo tabasqueño lo dijo), en ganar en las urnas, pero con la ayuda de un incondicional aliado “infiltrado” en la alianza opositora: el cuestionado Alejandro Moreno. No hay mejor forma de destronar al enemigo que rompiéndolo por dentro, y esa fue la misión de Alito.
Dicho acuerdo no sólo beneficia a la candidatura presidencial, sino que fue pensado también para las nuevegubernaturas en disputa. La misión de Alejandro Moreno fue, después de aquella charla con AMLO, (con el afán de no ir a la cárcel), la de boicotear aquellos perfiles que pudieran vencer a morena y aliados.
En el caso de Veracruz, la misión de Alito estriba en taparle el paso a cualquier candidato que pudiera vencer (o competir), al abanderado (o abanderada) morenista. De esta forma, el dirigente nacional tricolor buscará boicotear cualquier opción que tuvieran José Yunes o Héctor Yunes, perfiles capaces de dar pelea, según encuestas.
Además, el aliado de AMLO en la coalición opositora intentará hacerla de “Judas” con Marko Cortés para colocar, en la medida de sus posibilidades, al panista con menos empuje en el estado, buscando boicotear, de entrada, al “mejor parado” de ellos: Miguel Ángel Yunes Márquez.
¿Podrá lograr su cometido Alejandro Moreno en Veracruz?, ¿podrá aplicar el famoso “Caballo de Troya”? Veremos.
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