El análisis de restos momificados de al menos seis especies de loros revelan que en el período intermedio tardío, entre 1100 y 1450, las comunidades del desierto de Atacama adquirían ejemplares de estos animales procedentes del trópico amazónico, a más de 500 kilómetros al este.

Esta constatación del posible comercio en el antiguo desierto de Atacama se publica en la revista PNAS, en un artículo que lideran científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania en EE.UU.

En él, los científicos publican pruebas de que los loros amazónicos fueron importados a las comunidades del desierto de Atacama y que los animales fueron criados por sus coloridas plumas.

Y es que las plumas de las aves tropicales eran signos de riqueza y estatus en las sociedades andinas precolombinas; sin embargo, apunta José M. Capriles, uno de los autores del trabajo, todavía no se conocen bien las redes por las que estas se importaron.

Los científicos encontraron plumas en un contexto de enterramiento y conservadas en cajas de cuero u otro material protector, y también hallaron aves momificadas (loros y guacamayos).

Así, para llegar a sus conclusiones, estudiaron 27 restos completos o parciales momificados de guacamayos rojos y loros amazónicos procedentes de cinco yacimientos del desierto de Atacama.

Signo de riqueza y poder

La mayoría de estos restos, momificados o no, están en museos, por lo que el equipo visitó durante casi tres años colecciones de todo el norte de Chile; llevaron a cabo una datación por radiocarbono, reconstrucciones dietéticas basadas isótopos y análisis para determinar la especie de cada uno de los conjuntos de restos.

Los resultados sugieren que entre los años 1100 y 1450, las comunidades del citado desierto adquirieron guacamayos rojos y al menos otras cinco especies de loros originarias del trópico amazónico.

«El hecho de que las aves vivas atravesaran los Andes, a más de 3.000 metros de altura, es sorprendente», afirma Capriles: «Tuvieron que ser transportadas a través de enormes estepas, clima frío y terreno difícil hasta Atacama. Y había que mantenerlas vivas».

El análisis de la dieta reveló que muchos de estos loros se alimentaban probablemente con alimentos a base de maíz, cultivados con estiércol de aves marinas.

Las aves bien conservadas mostraban evidencias que sugerían un desplume frecuente; además, muchos de los loros se encontraron momificados con la boca abierta y la lengua fuera, y otros tenían las alas abiertas en permanente vuelo, detalla un comunicado de la Universidad de Pensilvania.

Se desconoce por qué fueron momificados así, señalan los investigadores que resumen que estos resultados muestran cómo las aves tropicales pueden haber sido transportadas al desierto de Atacama y cuidadas en el entorno árido para la producción de plumas, culturalmente importantes.

clarin.com

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