Fue una de las pocas reuniones relajadas que ha tenido el presidente en los últimos días: palomeó a quienes se irán tranquilos a buscar algún cargo de elección popular bajo la bandera del movimiento. Los que aún no pueden anunciarlo de manera clara es porque, de alguna manera, tienen pendientes que AMLO no puede “pasar por alto”.
Podrán mostrarse confiados e incluso displicentes, pero en el fondo, (y lo saben todos los que estuvieron en esa reunión en Palacio Nacional), hubo algunos a los que el tabasqueño no autorizó aún a dejar su cargo “y hacer maletas”, ya sea porque deben finalizar algún proyecto, o bien, porque deban limpiar un poco “el tiradero que tienen”.
En la mente de AMLO, sus cuatro corcholatas no tienen pendientes de peso, de ahí que los haya dejado ir a competir “por la grande”, pero aquellos funcionarios que no han hecho bien su tarea (de la manera en que el presidente lo entiende), deberán esperar aunque más adelante sean beneficiados con una candidatura.
En efecto, los que se van lo harán en distintas fechas, pero los que se retiran más tarde que otros obedece, (y eso se sabe bien en Palacio Nacional), a que no han realizado del todo bien su trabajo, en términos generales, “quédele el saco a quien le quede”.
Me hacen saber que las cuando menos ocho renuncias de las que AMLO habla no le garantizan victorias, pero esperan llevarse, dicen, seis de las nueve gubernaturas en disputa, además de la presidencial y las mayorías legislativas, tanto en San Lázaro como en el senado.
Es el plan C electoral de López Obrador: el que según sus cálculos, le permitirá arrasar en el 2024 para hacer cuanta reforma constitucional quiera, sin necesidad de negociar con las fuerzas opositoras. AMLO quiere irse, (y afirma que puede), dejando a sus adversarios “borrados” y a una mujer (o a un buen amigo), en la presidencia.
Ese día el presidente estaba de buen humor, pues no sólo cree que ganará mucho el próximo año en las urnas, sino que ahora sí, afirma, lleva una envidiable relación con el árbitro de la contienda, el INE, “para lo que se ofrezca”.
Veremos qué ocurre.
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