El viernes pasado cuando López Obrador preguntó por las opciones radicadas en el estado para agenciarse la candidatura al gobierno. Y es que de acuerdo a la última encuesta ordenada por AMLO para medir a Nahle frente a Zenyazen Escobar o Manuel Huerta, las tendencias fueron poco afortunadas para la secretaria de energía.
En cualquiera de los dos escenarios (sea frente al titular de educación o al delegado federal), la responsable de Dos Bocas no queda “bien parada del todo”, peor aún cuando tanto Escobar como Huerta no han colocado un sólo espectacular en Veracruz, ni externado “con todas sus palabras” su deseo por ser “el elegido”.
En el centro del país saben perfectamente que a Nahle le urge que la candidatura en el estado sea otorgada por género, pues de esa manera, no tendría que competir con aquellos perfiles que en los últimos meses han crecido de forma notoria.
Recordemos que de las nueve gubernaturas que habrán de renovarse en el 2024, los partidos políticos están obligados a colocar cinco mujeres como candidatas: es así como Rocío Nahle pretende abanderarse; de otra forma, sus opciones se reducen significativamente.
AMLO sabe que cuando menos dos hombres ubicados en el estado (que mantienen cercanía con la gente por la naturaleza de sus funciones), podrían traerle mejores dividendos en Veracruz que su propia titular de energía, quien ante lo mucho que le demanda Dos Bocas ha descuidado Veracruz.
Además, en dicha junta, López Obrador dijo que no le vendría nada bien a su proyecto, por ningún motivo, la renuncia de algún secretario que lleve las riendas de cualquiera de sus obras insignias. “Si se va Rocío, tendría que hacerlo en breve, pues sea como sea es la responsable de Dos Bocas, y mi proyecto en Tabasco se encuentra lejos de estar terminada”, dijo AMLO. “Podría decantarme hasta por el candidato de Adán: Sergio”, sentenció.
El panorama para Nahle ha cambiado en las últimas semanas: pasó de ser la “inamovible y única” a la “prescindible y en suspenso”.
Veremos qué ocurre.
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