Mujeres acuden al Instituto Municipal de la Mujer y al ayuntamiento de Tatatila a solicitar ayuda, luego de haber sufrido violencia familiar, física, verbal, psicológica o económica, pero al igual que en otros casos de víctimas, desisten en denunciar al agresor ante la Fiscalía General del Estado (FGE), informó la presidenta municipal, Margarita Hernández Martínez.
“Si toman conciencia, pero les entra el temor, miedo y desconocimiento; (los esposos) las amenazan, les dicen no vas a poder, les siembran la semilla, el chip de que no pueden solas, y la dejan sin voluntad. No puedo decir que ninguna se separa, si lo hacen, tal vez alguna lo hizo y no nos enteramos en el ayuntamiento, pero de eso a que denuncien y el agresor reciba un castigo, no lo hacen”.
Por mes, el ayuntamiento de Tatatila – municipio ubicado a una hora de Xalapa-, registra entre dos y tres casos de mujeres que sufren violencia, y piden ayuda a las autoridades, pero ninguna se anima a denunciar ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
Sin embargo, lamento la alcaldesa, aunque el ayuntamiento dé el seguimiento y ofrezca asesoría jurídica y acompañamiento a la víctima, la mujer desiste, prefiere no denunciar y regresar a vivir con el agresor.
“La mayoría de los casos que se han presentado el ayuntamiento ha dado seguimiento pero nos detenemos cuando llega el momento en que la agredida no quiere acusar al agresor. De las tres que se presenta por mes, ninguna quiere denunciar a la fiscalía”, dijo.
La presidenta municipal informó que la decisión de no denunciar ante la FGE y que la víctima decida regresar a vivir con el agresor genera preocupación a las autoridades.
“Ahí es cuando nos toca de malas, aunque quisiéramos hacer más, si ellas no quieren que el tema prosiga, si es un tema muy delicado, ella no dan la apertura, no se puede hacer más”.
El problema de violencia persiste en el hogar, y cuando el esposo, pareja o novio vuelve a golpear, a lastimar; la víctima regresa al ayuntamiento a pedir ayuda, pero se niegan a denunciar.
Lamentó que las victimas decidan regresar a vivir con el agresor por el riesgo de volver a sufrir maltrato.
“Se vuelve a presentar la situación de violencia más adelante, volvemos a atenderlo, pero es cíclico, y aunque las atendemos se les da asesoría, las apoyamos con psicología; nosotros podemos decirles muchas cosas, pero al final depende de la apertura que ellas tengan para salir adelante”, afirmó.
AVC
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