La percepción que se tiene del futuro de Cuitláhuac García en el estado es muy distinta a la que existe dentro de la 4T nacional. Y es muy sencillo: el gobernador de Veracruz aspira, a lo mucho, a obtener algún cargo dentro del gabinete ampliado de Claudia Sheinbaum, y ya.
No es la “avanzada” ni alguno de los imparables alfiles de AMLO para ejecutar su plan C, es tan sólo un peón más de los muchos que el tabasqueño mueve y a los cuales agradece su entrega. Cuitláhuac García “hace su lucha” y es válido, más aún después de que “alguien” le hizo creer que podía ser el sucesor de Mario Delgado.
El “entreguismo” de García no es reprochable, él cree en un proyecto y en el presidente López Obrador, pero lamentablemente no se encuentra entre las figuras “tomadas en serio” para coordinar a Sheinbaum (si es que llega a la candidatura), o para arribar a Morena nacional. Lo mal informaron sus cercanos.
Me han hecho saber que si la jefa de gobierno gana en el 2024, el cargo que habrían de ofrecer a Cuitláhuac García recaería en la delegación del bienestar para Veracruz, la misma que actualmente tiene Manuel Huerta.
De igual forma, y gracias a la intervención de Rocío Nahle, la segunda opción (y quizá la mejor para García), sería el otorgamiento de una subsecretaría federal del bienestar. No hay más acomodos, (al menos por el momento), concedidos para el gobernador de Veracruz.
Lo que se dice (o difunde) sobre Cuitláhuac García en el estado es, insisto, muy distinto a lo que podría ocurrir con él en un futuro. No quedará mal “parado”, (sobre todo si Sheinbaum avanza y gana), pues le tienen alguna posición considerada, pero lamentablemente para él, no será nada “del otro mundo”. Al tiempo.
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