En este momento el presidente López Obrador no está en peligro, pero podría estarlo. Y es que ocurre que en efecto, se contagió por tercera ocasión de COVID, sin embargo, el problema real son los otros padecimientos que tiene, mismos que con la presencia del Sars-Cov-Dos podrían recrudecer.
El gobierno de la República nunca mintió al informar que AMLO dio positivo a COVID, pero prefirió meditar si era tiempo de hacer público la gravedad de sus afecciones cardíacas. La preocupación real se encuentra en el peligro latente de empeoramiento por el coronavirus.
El tabasqueño no está más grave de lo que puede estar cualquier persona, (de la tercera edad y con factores de riesgo), bajo los efectos del COVID19. Se encuentra recibiendo atención de primera y saldrá adelante, pero existe tensión por las secuelas que pueda dejar en un corazón que ya ha mostrado (en otros momentos), sus debilidades.
La información fue real, le dio COVID, más decidieron guardarse, por el momento, que tuvo lo más cercano a otro infarto como el que en algún momento vivió, propiciado por el virus que cada vez contagia a menos en el mundo. La instrucción para los morenistas será, en los próximos días, cerrar filas y prepararse para un líder que pudiera mostrarse débil físicamente.
Hay preocupación, sí, y mucha, pero por las consecuencias del contagio. AMLO volverá a las mañaneras e intentarán convencerle de que evite las giras, de que permanezca en Palacio Nacional: su corazón poscovid (ya por tercera ocasión) podría querer dar un susto mayor.
Veremos qué deciden.
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