Durante las última semanas la inteligencia artificial detrás de ChatGPT ha ganado mucha popularidad. Se habla de sus capacidades e incluso de la posibilidad de que desplace algunos trabajos. Sin embargo, hay temas cuestionables detrás de esta tecnología.

Antes de seguir, si te sietes perdido, aquí te decimos qué es ChatGPT.

En diversos sitios se han descrito sus ventajas y capacidades (como aprobar exámenes con mejor calificación que las personas, o cómo pudo engañar a entrevistadores de recursos humanos).

Por otra parte, se ha hablado también sobre los empleos que están “expuestos” a ser automatizados por la tecnología de procesamiento de lenguaje natural. También se ha cuestionado sobre el uso ético de esta herramienta y el riesgo de que afecte en la educación de jóvenes en todo el mundo.

Sin embargo, aún hay más para cuestionar sobre el desarrollo de la tecnología de OpenAI: colonialismo de la “IA” y un gran uso de agua.

La precariedad de miles de empleados detrás del desarrollo de GPT

Para que la inteligencia artificial detrás de ChatGPT pudiera funcionar, fue necesario el trabajo de miles de personas; muchas veces de bajos ingresos.

GPT existe gracias a la “fuerza laboral oculta“, como la llamó la asociación sin fines de lucro Partnership on AI (PAI), que agrupa a organizaciones académicas, de la sociedad civil, de los medios y de la propia industria involucrados con la IA.

Se trata de grupos de empleados subcontratados, generalmente en países pobres del sur global. Son esas personas quienes se encargan de “entrenar” a los sistemas de la IA. Ellos clasifican los sistemas que alimentan a la tecnología.

Para que ChatGPT funcione óptimamente fue necesario capacitar y etiquetar correctamente sus datos. Dicho etiquetado se hace de forma manual y son personas quienes se encargan de etiquetar que tipo de contenido es “apropiado” u “ofensivo”.

Al ser un proceso tedioso y repetitivo, las empresas subcontratan a personas para que lleven a cabo esta tarea. La polémica comienza cuando se trata principalmente de empleados del sur global, particularmente países de bajos ingresos.

Además, según información de la Deutsche Welle (DW), al ser subcontratados, las grandes empresas (como OpenAI) no se responsabilizan de las condiciones laborales de las y los “etiquetadores”.

Asimismo, el medio denunció otra desigualdad. Pese a que OpenAI está valorada en alrededor de 26 mil millones de euros, los trabajadores de Kenia que se encargaron del desarrollo de la IA cobraron menos de dos euros por hora.

Es por eso que, según la DW, algunos especialistas comenzaron a denominar a este fenómeno como “el colonialismo de la IA”.

Gran consumo de agua en el funcionamiento de ChatGPT

Para mantener a ChatGPT activo para el uso de miles de personas en todo el mundo y al mismo tiempo, es necesario el uso de muchos recursos. Entre ellos, el de una cantidad excesiva de agua, según un estudio recientemente publicado.

La investigación se publicó en arXiv y fue realizada por la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington.

El estudio mide el impacto energético de los modelos de inteligencia artificial de GPT-3 y GPT-4 (tecnología detrás de ChatGPT). En este sentido, se reveló que las empresas usan una gran cantidad de agua dulce para el enfriamiento de los servidores.

Microsoft, empresa que respaldó y financió el desarrollo de GPT, ha llegado a usar hasta 700 mil litros de agua en sus centros de datos de Estados Unidos. Además, esa cantidad se usó sólo para el entrenamiento de GPT-3.

Para dimensionar el consumo de agua, los investigadores dijeron que con los mismos 700 mil litros de agua, BMW podría producir hasta 370 coches. Tesla, por su parte, destinaría ese recurso en la fabricación de 320 unidades.

¿Cuánta agua consume cada sesión?

Ya vimos cuánta agua se consumió para el entrenamiento de GPT-3. Sin embargo, cada sesión activa representa un consumo de este recurso.

ChatGPT consume el equivalente a una botella de agua de 500 mililitros por cada sesión en la que el usuario hace entre 20 y 50 preguntas.

De inicio parecería un consumo mínimo. Sin embargo, es necesario considerar que ChatGPT recientemente superó los 100 millones de usuarios activos mensualmente. Esto se traduce en un consumo mensual de alrededor de 50 millones de litros de agua. Dicha demanda equivale aproximadamente al agua de 12.5 albercas olímpicas.

El costo de la IA

El desarrollo de la inteligencia artificial sin duda conlleva muchas oportunidades para impulsar la educación y la economía. Sin embargo, también es importante reconocer el costo humano y de consumo de recursos que conlleva.

De esta manera, es posible impulsar un desarrollo tecnológico más crítico, ético y sustentable. Particularmente en un contexto de sequías y distintas crisis ambientales en todo el mundo.

Reporte indigo

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