Gracias al Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), los mexicanos nos enteramos de la existencia de la Casa Blanca, la estafa maestra, las empresas fantasmas de Javier Duarte, la historia del EZLN guardada en Gobernación, además de muchos casos de corrupción de los gobiernos anteriores.
Pero también pudimos conocer de la Casa Gris del hijo del Presidente, los contratos de su prima Felipa, los sobrecostos del AIFA, Dos Bocas y Tren Maya, los desfalcos millonarios en la Conade y Segalmex, la corrupción en la Función Pública, el Indep y otras dependencias, así como las cifras sobre el crimen y violencia en México durante la 4T.
El INAI es uno de los principales contrapesos del Poder Público debido a su autonomía constitucional; tiene la facultad de evitar que algún poder –incluso el Presidente- impida o limite el derecho de la sociedad a conocer la información del gobierno.
Hace un mes, el Presidente López Obrador desafió a los reporteros que cubren la mañanera –la mayoría de ellos afines a él- sobre las tareas y el desempeño del INAI. “¿Qué cosa es lo que han hecho? A ver, díganme de alguna cosa que se acuerden”; “Díganme de una denuncia de corrupción, una que se acuerden”, cuestionó.
He citado sólo algunos casos. Pero no alcanzaría toda una mañanera para referir los revelados en la actual administración.
El INAI se ha convertido en la más sólida fuente de información de los medios de comunicación y la posibilidad de que los mexicanos conozcamos casos de corrupción sin importar quién sea el Presidente, ni cual partido gobierne.
Sin embargo, López Obrador asegura que este organismo “no sirve para nada” y “da igual que exista o no”. Intentar desaparecerlo tiene el único propósito que no se conozcan estos casos y queden bajo la alfombra cómplice del propio gobierno a través de la Secretaría de la Función Pública.
El INAI ha sido una obsesión permanente para el Presidente. Desde hace un par de años, propuso su desaparición a cambio de que sea la Secretaría de la Función Pública (SFP) la encargada de entregar la información, que no haya reservas; que se garantice transparencia absoluta y que el funcionario público que no entregue en tiempo sea sancionado.
Pero vino el escándalo de la Casa Gris. José Ramón López Beltrán publicó en sus redes sociales que trabajaba para la empresa KEI Partners, cuya página de internet fue creada momentos antes del anuncio. La SFP recibió una solicitud de investigación por un posible conflicto de intereses contra López Beltrán, misma que descartó por completo tres meses después. Eso pasará si desaparece el INAI.
Desde inicios de abril, el pleno del INAI no puede sesionar ante la falta de nombramientos de tres comisionados por parte del Senado de la República y el veto del Presidente. Deliberadamente, López Obrador ha decidido que no se nombren para evitar que el INAI funcione, como lo ha confesado el Secretario de Gobernación a senadores de Morena.
Nuestro derecho a saber está en peligro por el Presidente y el Senado. Es urgente que se designen las tres vacantes en el INAI. Por eso firmé, a nombre de Alianza Generacional, este pronunciamiento.
El Presidente sueña con un mundo ideal donde él decide cual es la información que puede ser pública.
¡Hágase la transparencia en la yunta de mi compadre!
La puntita
A plena luz del día, balacera en Boca del Río y asesinato de un taxista en Xalapa. Es el infierno que los llena de orgullo.