No se trata de alguna leyenda urbana o dichos sin sustento, es real: el presidente desea (y así lo ha dejado escrito para su cumplimiento en caso de que fallezca), que su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, sea titular del Ejecutivo para el 2030.
Acostumbrado a mantenerse fuera de reflectores a cambio de fuerte presencia al interior del gobierno de su padre, “Andy” López incorporó, (desde los primeros meses del 2019), a varios de sus compañeros más cercanos en áreas estratégicas para la 4T: la económica, energética y educativa.
El plan de López Obrador había indicado, originalmente, que después de Claudia Sheinbaum sería el turno de “Andy”, pero con los últimos movimientos estadísticos, el presidente no descarta que pudieran ser Adán Augusto (o en su defecto, Marcelo Ebrard) quienes entreguen la banda presidencial a su hijo.
Se trata de un discurso ya conocido y masticado en el círculo cercano al tabasqueño. De hecho, quienes ya aceptaron dicho acuerdo (a cambio de verse beneficiados con la candidatura) son tanto Claudia Sheinbaum como Adán Augusto López, mientras que Ebrard (en charlas privadas con AMLO), no ha querido comprometerse aún.
Y es que detrás de varias decisiones relevantes del presidente en lo que va de su mandato, (como el AIFA, Dos Bocas y el plan B electoral), por mencionar algunos, no ha estado sólo Adán Augusto López, también el oportunamente oculto “Andy”. Son las voces maestras.
“El 2030 es para mi hijo Andrés Manuel”, escribió, firmó y comunicó López Obrador, y quien quiera tener la opción de ser candidato rumbo al 2024 tendrá que aceptarlo y firmarlo en un documento interno. “Es mi sueño y mi deseo”, dijo.
Es Andy para el 2030, (y tan platicado está entre familia, amigos y colaboradores), que el susodicho ya trabaja en su esquema de gobierno con quienes habrían de conformar su gabinete, dando por sentado que un morenista ganará en el 2024.
¿Será que “del plato a la boca se caiga la sopa” en el proyecto de “Andy” López?, ¿habrá otro López en el 2030 despachando desde Palacio Nacional? Estemos atentos, todo puede pasar.
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