Con un absoluto respeto y silencio se llevó a cabo la misa de cuerpo presente de la investigadora, catedrática, escritora, defensora de derechos humanos, funcionaria y política, Esther Hernández Palacios.

La calle Cempoala fue testigo de la llegada de vehículos de modelos recientes, del que descendieron académicos de la Universidad Veracruzana (UV), integrantes de la sociedad xalapeña, de la cultura y el arte para asistir a la iglesia María Madre.

El sacerdote Salvador Morales esperaba en la puerta de la iglesia el féretro de Esther Hernández Palacios y dar el recibimiento a su familia, a sus dos hijas Beatriz y Alejandra, nietos, nietas, hermano, amigos y amigas.

Apenas el domingo 12 de marzo del 2023 por la tarde, corrió como pólvora en Xalapa la noticia de la muerte de Esther Hernández Palacios, y de inmediato comenzaron las condolencias hacia la familia a través de medios de comunicación y redes sociales.

En la noche del domingo, en el velatorio de Bosques del Recuerdo se dieron cita personalidades y autoridades de la Universidad Veracruzana que hicieron guardia de honor al féretro de la investigadora y maestra en Letras.

En la misa católica celebrada el lunes, el párroco pidió a los presentes recordar a Esther como una mujer que además de intelectual y dedicada al estudio y las letras, siempre veló por el bienestar de su familia y aún en medio de la tragedia de la muerte de su hija Irene Méndez, ella jamás pedio la fe, ni en el poder de la oración a Dios.

“Es importante reconocer todo lo que fue realizando, yo creo que el amor siempre es lo que va ayudando a formar a un ser humano, dando lo mejor a una sociedad y a su familia, y creo que Esther eso llevó a cabo” dijo.

Finalmente, en la misa dieron el aviso de que a partir del martes habrá una misa a las 18:30 horas durante los siguientes nueve días, para pedir a Dios por el eterno descanso de Esther Hernández Palacios.

Trascendió, que el cuerpo de la investigadora será convertido a cenizas este mismo lunes, las cuales serán entregadas a sus seres queridos, rogarán por su descanso eterno después de haber sufrido la enfermedad del Cáncer.

La profesora era originaria de Xalapa, pasó los últimos días de su vida en su casa localizada en la comunidad La Orduña en el municipio de Coatepec, rodeada de sus seres queridos.

Esther Hernández Palacios también ocupó el cargo de Directora de Difusión Cultural de la UV, y su padre Aureliano Hernández Palacios fue catedrático de la Universidad Veracruzana de la licenciatura en Derecho y ocupó el cargo de presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE).

En el ámbito cultural y de la academia, Hernández Palacios era reconocida y querida, además de que fue formadora de generaciones de egresados de la Literatura en Letras de la Universidad Veracruzana.

El 08 de junio del 2010, cuando el gobierno de Veracruz estaba a cargo del priísta Fidel Herrera Beltrán, la investigadora de la UV vivió el momento más trágico de su vida: El secuestro y asesinato de su hija Irene Méndez Hernández Palacios con edad de 26 años, que se encontraba junto a su esposo el empresario de desarrolladora inmobiliaria, entrenador y dueño del equipo de fútbol americano “Zorros Dorados” de Xalapa, Fouad Hakim Santiesteban.

El dolor generado por la pérdida de su hija Irene, la académica y exdirectora del IVEC lo volcó en escribir el libro “México 2010. Diario de una madre mutilada”, en el que plasmó los días de tristeza, desesperación y clamor de justicia.

El libro ganó el premio Bellas Artes de Testimonio Carlos Montemayor, y como protesta de que no se esclareció el crimen del asesinato y secuestro de Irene y Fouad, la escritora eliminó la letra “H” de su nombre para comenzar a llamarse “Ester”.

A partir del crimen de su hija Irene – ocurrido en la calle Cayetano Rodríguez Beltrán cuando había llegado a recoger a su esposo Fouad Hakim entrenador de Zorros Dorados- Esther Hernández inició la defensa de los derechos humanos de familias que sufrieron la desaparición y asesinatos de hijos e hijas.

Esther Palacios se sumó a la lucha del colectivo Por La Paz impulsado por el poeta Javier Sicilia -que perdió a su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega, encontrado asesinado el 28 de marzo del 2011 en el estado de Morelos- y también apoyó al padre Alejandro Solalinde, fundador del Albergue de Migrantes Hermanos en el Camino, ubicado en el estado de Oaxaca.

En noviembre del año 2012, la investigadora de la UV participó en la acción de Bordados Por La Paz impulsado por las familias de personas desaparecidas o víctimas de asesinatos en Veracruz.

Ahí en la plaza Sebastián Lerdo frente a palacio de gobierno, Esther Hernández bordo el nombre de Irene Méndez, junto a otras mujeres madres de familia que no cesan en la búsqueda de sus hijos e hijas desaparecidas.

En 104 páginas del libro “Diario de una madre mutilada”, la ex directora del IVEC, madre de Irene y de otras dos mujeres expresa lo siguiente:

“Uno nunca piensa en la muerte de una hija. Yo, cuando pienso en la mía, me imagino en mi cama, rodeada de mis hijas y nietos, que rezan para ayudarme en el trance final. Así murió mi madre, así rezamos juntas alrededor de su lecho, para ayudarla a cruzar el umbral”.

«Uno nunca piensa que a su hija de 26 años, en tratamiento para embarazarse, la van a asesinar una noche, haciéndole 6 agujeros en su cuerpo. Uno nunca se imagina reconociendo su cadáver. Nunca esperando en el crematorio sus cenizas”

«Quiero llorar hasta formar un lago en el que tu cuerpo ardiendo se apague. Yo no quería quemarte, yo no quería que las llamas te extinguieran. Después de unas horas, tengo en las manos una caja de madera. Esto queda de ti: polvo, cenizas. Son tu juventud, tu inteligencia, tu fuerza y tu belleza. ¿También cenizas se volvió tu amor? ¿Dónde estás realmente mi pequeña?», refiere el libro “Diario de una madre mutilada”.

AVC

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