De un manotazo en el escritorio buscó poner orden por la contienda en Veracruz. AMLO se descompuso con tan sólo imaginar que su “segunda tierra” pudiera serle arrebatada por alguno de los hijos de Miguel Ángel Yunes Linares (y es que hay opciones).
De acuerdo a los últimos datos en el escritorio del presidente, los hijos del exgobernador podrían echar abajo sus aspiraciones de extender su dominio en Veracruz. No sólo son capaces de evidenciar a Cuitláhuac García, sino de mantener un empate técnico con Nahle o Gutiérrez Luna.
El mayor coraje de AMLO radica en que sus dos aspirantes a la candidatura se sienten ganadores sin haber competido aún. “Ellos no contarán con el beneficio de tenerme en la boleta, como la tuvo Cuitláhuac para ganar”, dijo el de Tabasco mientras agitaba las hojas-estadísticas frente a sus asesores.
De hecho, de acuerdo a los últimos datos en Palacio Nacional, una de las elecciones más cerradas (además de la presidencial), será la que se libre en Veracruz, y AMLO está preocupado porque sus “fichas” insisten en creer que la oposición no estará organizada para entonces.
En presidencia saben que tal como ocurrirá a nivel federal, la oposición acabará cerrando filas por un candidato o candidata, y Veracruz (aunque pareciera que no) es uno de los terrenos más inhóspitos para el morenismo actualmente, cortesía del Cuitláhuac García.
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