Se han preguntado, ¿Quién debe cuidar a nuestros hijos y a nuestros padres que requieren de atención? ¿Quién cuidará de nosotros cuando lleguemos a la última etapa de nuestra vida? ¿Es sólo una responsabilidad discriminante de las mujeres o corresponde al Estado mexicano garantizar cuidados a la población que lo necesita?
El tema del derecho al cuidado es absolutamente revolucionario. La mujer mexicana no podrá consolidar y ejercer plenamente sus derechos a la educación, a la salud, el desarrollo, igualdad laboral y la participación política, entre otros, si tiene que renunciar a ellos por la responsabilidad exclusiva del cuidado.
Es necesario que todos contribuyamos a que las mujeres puedan romper “el piso pegajoso” –frase acuñada por mi muy querida amiga Dulce María Sauri- que representa el cuidado de sus familias y las personas de su entorno.
Convocados por Alianza Generacional, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, ayer un grupo de mujeres esenciales en la vida pública del país confirmaron que la revolución feminista por los derechos a la igualdad continua ahora a través de garantizar un sistema nacional de cuidados.
La diputada federal y ex Presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri; las ex candidatas presidenciales y hoy senadoras de la República Josefina Vásquez Mota y Patricia Mercado; la alcaldesa de Álvaro Obregón en la ciudad de México, Lía Limón; así como la ex senadora Angélica de la Peña y la presidenta municipal de Veracruz, Paty Lobeira, confirmaron que las mujeres en México impulsan con mucho éxito una cuarta generación en políticas de género para la defensa de sus derechos fundamentales.
El enriquecedor debate sobre los roles que jugamos hombres y mujeres en la forma en que brindamos cuidado a las personas en las diferentes etapas de su vida, nos plantea la necesidad de crear un verdadero sistema nacional de cuidados que garantice la igualdad, la individualidad y la responsabilidad compartida.
Las mujeres no pueden perder más oportunidades de vida por tener que cuidar de manera exclusiva a sus hijos, a sus padres y a su familia. El Estado mexicano debe liberar a un amplio sector de la población mediante la operación –como sucede en muchos países del primer mundo- de estancias infantiles, para adultos mayores o de cuidados especiales.
Desmantelar el sistema de cuidados que representaban las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, obligó no sólo a las madres de familia sino también a las abuelas y abuelos a asumir roles para los que no estaban capacitados, derivado de sus propias necesidades.
El diálogo entre todas estas mujeres brillantes, de diferentes generaciones, con distintas responsabilidades, de las más diversas ideologías políticas, garantizan que la construcción de un sistema nacional de cuidados no naufrague en el debate político y la lucha electoral, sino que se convierta en un proyecto que garantice los cuidados a las personas e igualdad a las mujeres.
Si las mujeres se mantienen atrapadas en el “piso pegajoso”, entonces habrán perdido la batalla de muchos años para alcanzar la igualdad, la libertad y la autosuficiencia.
La puntita
Como Presidente estatal de Alianza Generacional y organizador de este evento, agradezco la asistencia de quienes también se han comprometido con esta causa: el senador Dante Delgado; el presidente municipal de Boca del Río, Juan Manuel de Unanue; y las diputadas locales Anilú Ingram y Arianna Ángeles Aguirre.