Quizás alguna vez has caminado por la calle (sobre todo en verano) y has visto que una persona tenía como un parche blanco en su brazo. Estos dispositivos se colocan en la parte posterior del brazo y suelen quedar ocultos bajo la ropa… La mayor parte del tiempo. Y son muy importantes para la salud de algunas personas diabéticas.
En primer lugar, comencemos por su nombre: se llama medidor continuo de glucosa. Y, como este indica, mide de forma constante cuánta glucosa hay en sangre de la persona que lo lleva. Por tanto, es un dispositivo que puede facilitar (y mucho) la vida de las personas con diabetes.
Este dispositivo permite controlar el nivel de glucosa en sangre y también predecir si este está en ascenso o no. Además, evita los pinchazos frecuentes en las personas con diabetes. Los medidores continuos de glucosa se componen de varias partes, según explica SEFAP, la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria. Así funciona uno:
- Sensor: este funciona mediante un pequeño filamento que se coloca debajo de la piel. Mediante una reacción enzimática mide los valores de glucosa cada cinco minutos.
- Transmisor: este se coloca sobre el sensor y recibe los datos que el anterior aparato lee. Se los envía de nuevo al receptor.
- Receptor: puede ser un teléfono móvil o un dispositivo especial para señalizar la glucosa en sangre. Muestra la tendencia de la glucosa y avisa si esta baja o sube.
- Programa: es el software que se utiliza para descargar y tratar los datos de medición de la glucosa. Sirve para gestionar el historial y consultar la evolución de la glucosa.
La sexta
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