En la medida en que los antorchistas de Soteapan han decidido emprender la gestión local ante el Ayuntamiento que preside el profesor Rafael Hernández Hernández, para buscar que parte del presupuesto municipal beneficie el desarrollo de sus comunidades, se han reactivado e intensificado los actos de molestia y represión en su contra. Además, el gobierno municipal intenta poner en práctica la política de llamar a la población a no organizarse, tal como lo hacen a nivel estatal y federal las autoridades morenistas. Hechos que deben denunciarse.

Desde que, en mayo de 2022, el alcalde Rafael Hernández decidió “deslindarse” de los grupos antorchistas que respaldaron su candidatura y que lo llevaron a ocupar su puesto actual, la dirigencia de nuestra organización emitió sendos comunicados en los que dejó muy claro que de ninguna manera nuestra labor organizativa en el municipio buscaría interferir de mala fe con la administración municipal de Soteapan, por lo que solicitamos respeto, y pedimos enfáticamente que se cumplieran los compromisos realizados por el alcalde durante su campaña con la población, así como atención para las futuras peticiones de nuestros compañeros, siempre desde el plano institucional. Los antorchistas, hasta el momento, hemos cumplido nuestro compromiso.

Sin embargo, desde entonces denunciamos el clima de linchamiento mediático en contra del Movimiento Antorchista y sus principales líderes, orquestada a través de redes sociales y medios de comunicación, y también las provocaciones abiertas que pretendían involucrarnos en actos de violencia en el municipio. Respondimos y nos defendimos puntualmente de cada calumnia y ataque porque es nuestro derecho y nuestra obligación y advertimos también que tras el gobierno municipal se esconden oscuros intereses cuyas acciones descarrilarán a la administración del profesor Rafael Hernández si no se les pone un alto, pues la están llevando por muy malos pasos, confrontándolo con la población, incluyendo a los grupos que lo hicieron ganar en 2021, así como concertando alianzas con personajes de dudosa reputación.

Pues bien, a pesar de la campaña de difamaciones, el trabajo del Movimiento Antorchista en el municipio se ha intensificado y se ha fortalecido. Por lo que el pasado 16 de noviembre una nutrida comisión de representantes antorchistas de las comunidades y las distintas manzanas de la cabecera municipal acudió al Ayuntamiento a realizar la entrega formal de su pliego de peticiones. Algunas de las solicitudes contenidas en el documento son: embalastrado y pavimentación de diversas calles, caminos sacacosechas, ampliaciones de vivienda, construcción de sanitarios, introducción de sistema de drenaje y agua potable, ampliaciones de red eléctrica, construcción de guarniciones, banquetas, colectores pluviales y puentes, etc. Como se ve, demandas que están al alcance de la autoridad local, aunque no se resuelva todo de una vez y, sobre todo, son obras y servicios básicos que de ejecutarse beneficiarán a la población de las distintas comunidades, sean o no antorchistas, como siempre ha sido.

Previamente a la entrega del pliego petitorio, comisiones de antorchistas encabezadas por sus autoridades locales, es decir, los agentes de las localidades, algunos integrantes o simpatizantes de la organización, estuvieron acudiendo al ayuntamiento a realizar peticiones de manera particular, por pueblos, siguiendo precisamente el camino institucional que nos comprometimos a respetar, sin recibir ninguna solución.

En lugar de atender las peticiones, algunos funcionarios del ayuntamiento orquestó toda una serie de artimañas para hacer que varios agentes municipales desistieran de encabezar las demandas de sus pueblos a través de la gestión colectiva, es decir, con la compañía y supervisión de la propia población organizada. Según denuncian los propios pobladores de Soteapan, algunos agentes municipales fueron cooptados mediante prebendas, como puestos de trabajo para sus familiares o salarios para ellos; a otros los amedrentaron mediante amenazas; y, en algunos pueblos grandes o en donde los agentes no fueron cooptados, como el caso de la comunidad de Buenavista, el ayuntamiento organizó elecciones para jefes de manzana o sector, a pesar de que tales autoridades no están contempladas en la Ley Orgánica del Municipio Libre, con tal de no reconocer ni tratar los asuntos de los pueblos con los agentes electos por la mayoría de la población, pero que no son incondicionales de la administración municipal.

Por esta razón, los dirigentes del Movimiento Antorchista en el municipio y en las propias localidades decidieron ponerse al frente de la gestión de las demandas de los pueblos, sin embargo, algunos funcionarios de la administración municipal han aprovechado esta situación, para provocar conflictos en las comunidades y desencadenar agresiones contra el antorchismo.

El pasado 23 de enero, por ejemplo, estuvo a punto de generarse un grave disturbio en la comunidad de Buenavista, porque la directora del DIF, Nayeli Villaseca Cruz, una funcionaria con muy mala reputación en el municipio, se apersonó en la localidad para realizar la entrega de algunos juguetes a los niños con motivo del Día de Reyes, sin embargo, desconociendo al agente municipal, acudió directamente con un jefe de sector (por cierto, impuesto por el ayuntamiento) y no se convocó a la población en general, sino simplemente a algunos ciudadanos, es decir, se pretendía realizar proselitismo utilizando los recursos públicos, algo ilegal. Ante el reclamo de la mayoría de los pobladores de la comunidad, Nayeli Villaseca, decidió huir del lugar sin entregar nada.

Personas relacionadas con el ayuntamiento hicieron correr la falsa versión de que el agente municipal de Buenavista, Cenovio Ramírez García, dirigente antorchista, había impedido la entrega de los juguetes. Nadie les creyó. Por lo que, en represalia, el sábado 28 de enero, sujetos a bordo de algunas camionetas, cuyas placas están identificadas, robaron varias láminas del techado en el que se realizan de manera ordinaria las asambleas municipales del Movimiento Antorchista en Soteapan. Un atraco a mansalva sobre una construcción realizada con las cooperaciones económicas y el trabajo directo de los antorchistas.

Por ahora, las señas y detalles de los presuntos responsables nos los reservamos, solo porque así nos conviene desde el punto de vista legal. Pero no debe quedar duda de que se trató de una agresión más contra el antorchismo, una venganza por que se desenmascaró la política errada de algunos funcionarios municipales que intentan utilizar sus cargos para fines ilícitos y desconocer a las autoridades de las localidades.

Posteriormente, el primero de febrero otra comisión, esta vez más numerosa, se presentó al Ayuntamiento para solicitar audiencia con el alcalde Rafael Hernández, esta se agendó para una semana después. Sin embargo, al día siguiente, el 2 de febrero, fueron despedidos dos empleados municipales simpatizantes del Movimiento Antorchista: Germán Cruz Ramírez y Bartolo Hernández Cervantes, subdirectores de área, a quienes les inventaron falsas acusaciones. Claramente, sin embargo, se trató de un acto represivo porque no es el primer caso de despidos injustificados de trabajadores que no son incondicionales del alcalde y, según se rumora, existen otros en la mira a quienes constantemente se les hostiga y se les obliga a realizar trabajos que no son de su competencia.

Hay más. El domingo 5 de febrero, el alcalde Rafael Hernández convocó a una reunión con agentes municipales en un conocido restaurante del municipio, con el pretexto de hablar sobre las obras a ejecutarse este 2023. Se trató de una reunión no oficial, fuera del Palacio municipal y en día inhábil, porque el verdadero objetivo, según narran algunos presentes en esa reunión, fue insistirles a los agentes municipales que no realicen comisiones al ayuntamiento, que no encabecen las luchas colectivas de sus pueblos y, sobre todo, que “no traten con los antorchistas u otro tipo de organizaciones”. Un llamado a desconocer los derechos constitucionales de organización, gestión y libre manifestación, una imitación de la política seguida en este terreno por la 4T y que no ha dado buenos resultados en el país por lo que el alcalde debería abandonar de inmediato.

Ciertamente, el alcalde Rafael Hernández, se reunió recientemente con una comisión de antorchistas el pasado 9 de febrero, a él se le hicieron saber las inconformidades existentes por la política de hostigamiento, represión y cerrazón que han seguido algunos funcionarios ligados a su gobierno y se le dejó muy en claro que no estamos de acuerdo con esa actitud pues el máximo interés de los antorchistas es que se resuelvan las necesidades de los pueblos. El profesor Rafael Hernández dio su palabra de establecer mesas de trabajo, recibir a las comisiones en el futuro y dar solución a las peticiones enarboladas, ojalá la cumpla.

Desde aquí, lo llamamos nuevamente a reflexionar, a entender que los antorchistas no buscamos de ninguna manera que su administración se descarrile, ese trabajo ya lo vienen haciendo los malandros que están incrustados en su gobierno, desviando los recursos públicos a otros fines, mismos que en otras ocasiones hemos denunciado con nombres y apellidos. Por ahora, queremos que el alcalde Rafael Hernández, en verdad atienda y resuelva las demandas de las comunidades y en ello no hay nada de ilegal ni de provocador, por el contrario, si los asuntos de la gente son ignorados, el clima de ingobernabilidad que viene creciendo en Soteapan sí puede desbordarse por cauces peligrosos y, claramente, no será por culpa de los antorchistas. La población debe estar muy atenta del curso que tengan los acontecimientos.

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