Como antaño, el Presidente suele placear a quienes serán sus candidatos a gobernador. Lo hizo con Alfonso Durazo en Sonora, con Félix Salgado –y luego con su hija- en Guerrero; y ni que decir ahora con Delfina Gómez en el Estado de México.
Si a esas vamos, no se sabe quién será el candidato; lo que quedó claro ayer es que el delegado federal Manuel Huerta no va a ser. Y no porque no tenga las credenciales, sino porque simplemente no encaja en los planes del Presidente. Ayer lo bajaron y gacho.
Las crónicas de la visita de López Obrador ayer a Boca del Río son diáfanas. En el parte de guerra, se hizo eco de la reunión en el WTC, donde el conductor del evento ni siquiera mencionó al delegado del Bienestar, a pesar de que la convocatoria la había hecho él mismo. No lo dejaron subir al presídium.
A pesar del reciente escándalo de corrupción, el Presidente llegó acompañado del Góber de las empresas fantasmas; sólo que esta vez ya no tuvo halagos para su vástago político; lo sentó a su lado y fue un espectador más.
La cosa iba más o menos bien hasta que Cuitláhuac tomó la palabra y toda la flota huertista, con sus chalecos de servidores de la nación, le obsequiaron sonora rechifla al gobernador, algo que no le gustó ni tantito al Presidente. No porque maltraten al ínclito Cuícaras, sino por la tormenta que se avecina para el 2024.
Y al más puro estilo de la corcholatas, en un momento dado, la estructura operativa de bienestar –llevado a chaleco a Boca del Río- le comenzaron a gritar a Manuel Huerta: «gobernador, gobernador». Lástima que ni siquiera lo subieron al Presídium.
Tampoco faltó la flota que estaba muy encabronada porque los tuvieron esperando y sin tortas desde las 7 de la mañana a las 2 de la tarde, cuando llegó nuestra cabecilla de algodón.
Por las señales de ayer, es evidente que Manuel Huerta no será candidato. La duda es qué le darán a cambio… ¡y si lo aceptará otra vez!
Manuel Huerta se le va a la yugular a Cisneros; ¿el OPLE también?
Ayer el delegado del Bienestar andaba verdaderamente rabioso, sobre todo con sus archienemigos del Palacio de Gobierno, quienes ya le metieron la zancadilla en sus aspiraciones para el 2024.
En medio de la tormenta por el proceso que se le sigue a Eric Cisneros por el tema de violencia de género, Huerta se le ocurrió subirse al tren del meme y tirarle una tascada a la yugular del orgulloso afrodescendiente, además de pedir que se investigue el tema de las empresas fantasma.
Aprovechó el escenario del evento en el WTC para decir que la presunta violencia política de género que habría cometido el titular de la Secretaría de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros, en contra de la diputada local, Ruth Callejas, tiene que «aclararse».
Y aunque dijo que desconoce el tema a profundidad, «tendrá que actuarse conforme a la ley, todos estamos sujetos a la acción de la ley, así lo he escuchado también que se manifiesta por parte de los que están en este conflicto, en este asunto». Y se dijo convencido que la 4T es «muy feminista» y las mujeres tienen que estar al frente y los hombres tienen que respetar sus derechos y libertades. ¡Mocos!
Pero al parecer, Manuelito pasó por alto dos pequeños detalles: el Secretario de Gobierno no tiene filtro cuando se trata de confrontar a sus adversarios; y segundo, en la Fiscalía del Estado siguen vivas denuncias por acoso sexual en su contra; y si algunas ya fenecieron, no será difícil que le armen otras por encargo, como ya ha sucedido con otros “correligionarios”.
Sin duda, Huerta escogió muy mal el tema de violencia en contra de la mujer para irse en contra del Secretario de Gobierno
La suerte de Cisneros en manos del OPLE
Y ya que estamos en el tema, resulta que será el OPLE quien decida la suerte del Secretario de Gobierno y sus posibilidades de ser candidato en el 2024. Si el OPLE determina que Cisneros sí cometió violencia política de género en contra de la diputada local del MC, Ruth Calleja, se puede despedir de ser regidor siquiera de Otatitlán.
Pero el OPLE lo librará de toda responsabilidad. No abrirá un frente en contra del gobierno estatal que le dificulte el proceso electoral del 2024, aunque sobran los que están tocando la puerta del organismo para descarrilar a Cisneros.
Si bien hace algunos días la Presidenta Marisol Delgadillo asistió a un evento priista de capacitación para regidores de todo el estado, eso no quiere que tenga corazón tricolor. Acaso es la coartada perfecta para cuando tengan que exonerar a Cisneros, mostrando que actúa de manera imparcial con todos.
Lo cierto es que a Cisneros nadie lo persigue por su color. Nadie lo rechaza por su origen. Es un episodio más de una larga historia de amenazas y agresiones, entre las que se cuentan las denuncias hechas por la ex presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez Huerta, quien pasó sus últimos días tratando de salvar la cárcel a instancias del propio Cisneros.
Hacerse la víctima, ya es una maroma muy aplaudida.
Cuitláhuac no es Duarte, pero sus Gobiernos son igual de corruptos
La neta es que Cuitláhuac García no es como Javier Duarte. No tiene su inteligencia, sus alcances, su carisma –el gordito es muy simpático en privado-, ni su ambición desmedida por el dinero y el poder. Tampoco tiene decenas de propiedades regadas por el mundo y tampoco tiene una esposa urgida de abundancia rapaz, acostumbrada a gastar millones de pesos en una sola visita a una tienda de lujo.
A diferencia de Duarte, Cuitláhuac sí es un hombre austero, pero también es un hombre rico, muy rico, desde hace más de cuatro años. Y su primo y operador político de cabecera, todavía más…
En lo que sí son iguales es en la forma en que sus gobiernos navegan en un mar de corrupción a instancias de los personajes al gobernante, todos con el mismo modus operandi del duartismo.
Estos tampoco tienen pudor ni llenadera, y gozan de presumir de sus ostentosos estilos de vida, como acaban de exhibir al Secretario de Seguridad Pública y su familia.
Nadie cree que, en el asunto de los 33 contratos por más de 100 millones de pesos asignados de manera directa a una empleada eventual de la SEV, nadie de la administración estatal tenga metidas las manos. Hasta ahora, todos los caminos llevan a la Subsecretaría de Finanzas.
Estos contratos se asignaron sin licitación y de manera directa, como lo han hecho con 99 de cada 100 contratos en todo el gobierno del estado. Las compras del gobierno no se licitan por una sencilla razón: porque se manipulan costos y servicios y se entregan a empresas fantasmas o de reciente creación, todas ellas vinculadas con funcionarios de gobierno y sus socios.
Cuitláhuac no es un gobernador honesto. Su gobierno tampoco.
Al igual que Duarte, cuando se destape la cloaca de la corrupción de este gobierno, Cuitláhuac dirá que él no sabía nada; que los corruptos lo traicionaron a él y a los veracruzanos. Que él es inocente de las tropelías y que abusaron de su buena fe. Que, a él, “que lo registren”.
De nada le ha servido a Veracruz tener dos gobernadores tan diferentes si tenemos dos gobiernos igual de corruptos. Es cuestión de tiempo. La cloaca ya hiede.
La ratonera
Viendo a los muchachos disfrutando del Súper Bowl en Casa Veracruz genera un obligado Deja Vú de los días del duartismo feliz.