Una nueva e inusual especie de reptil volador que se conservó dentro de canteras laminares de grano fino, que hicieron posible la extraordinaria preservación de sus restos, fue descubierta en Alemania.
Se trata del Balaenognathus maeuseri, el cual pudo ser identificado gracias al excelente estado de preservación en el que fue encontrado dicho animal fósil.
Los especialistas advierten que se trata de una especie nueva, de acuerdo con la más reciente edición de la revista alemana Paläontologische Zeitschrift (Revista Paleontológica).
En exclusiva para Aristegui Noticias, Héctor Rivera Sylva, jefe de Departamento de Paleontología del Museo del Desierto (MUDE), y colaborador de esta investigación, señala que en la anatomía del nuevo fósil se destaca la existencia de más de 400 dientes delgados.
Rivera Sylva, quien tiene una trayectoria importante respecto a arcosaurios voladores, explicó que durante la pandemia fue convocado para formar parte de un grupo de expertos internacionales que analizarán los restos fósiles y así dar cuenta sobre este animal hallado en las cercanías del poblado de Wattendorf, en Baviera, al sur de Alemania.
El nombre en latín (Balaenognathus) significa “boca de ballena”, debido a sus característicos dientes, mientras que el de la especie (maeuseri) fue en honor a Matthias Mäuser, investigador que colaboró en el descubrimiento y que lamentablemente falleció mientras realizaba el artículo.
La revista alemana Paläontologische Zeitschrift, publicó en su más reciente edición, de enero los resultados de la investigación realizada por dicho equipo internacional de científicos conformado por los paleontólogos David Martil y Steven Vidovic de Inglaterra, Eberhard Frey y Helmut Tischlinger de Alemania y Héctor Rivera Sylva de México.
El también jefe del Departamento de Paleontología del museo coahuilense reveló además que el reptil volador encontrado en una de las localidades más ricas en el mundo en lo que respecta a pterosaurios -pertenecientes a los arcosaurios voladores- con fósiles de 150 millones de años, era un animal pequeño que llegó a medir entre metro y medio y dos metros de envergadura.
Héctor Rivera apunta que los pterosaurios fueron reptiles voladores que coexistieron con los dinosaurios durante la era Mesozoica, tenían alas formadas por una fuerte y flexible membrana sostenida por el cuarto dedo de la mano, que estaba hipertrofiado.
Sin embargo, lo que hace singular a Balaenognathus, fueron sus delgadas mandíbulas repletas de alargados y finos dientes ganchudos nunca vistos en otros pterosaurios, casi pegados unos a otros y la punta del pico ancha.
El experto en paleontología dijo que características muy similares al complejo sistema alimenticio de este animal, hoy las podemos apreciar en aves actuales como los flamencos y las avocetas, que cuentan con picos altamente especializados con un sistema complejo de aserraduras internas que les permiten barrer de lado a lado aguas poco profundas o el lodo, para filtrar invertebrados del sedimento fino como gusanos, insectos acuáticos y pequeños crustáceos que quedan atrapados en las intrincadas trampas de cerdas.
Finalmente, Héctor Rivera contó que no se puede determinar a ciencia cierta la edad de este animal volador, lo que sí podemos saber con certeza es que su existencia corresponde al final del Periodo Jurásico, que es la edad del yacimiento fósil donde se encontró.
El paleontólogo dijo además que el ecosistema donde fue localizado, probablemente era similar a la playa y que los playeritos, una especie de ave actual, podrían tener un “nicho ecológico” muy similaral de los Balaenognathus.
Cabe destacar también que la reconstrucción gráfica de este espécimen, recién dado a conocer, estuvo a cargo del paleoartista mexicano Marco A. Pineda Maldonado.
Aristegui Noticias
M°1