Las mujeres embarazadas infectadas por SARS-CoV-2 se enfrentan a un riesgo de muerte siete veces mayor que las que no contraen el virus y a más probabilidades de ingresar en cuidados intensivos, según un estudio que recalca la importancia de la vacunación contra el COVID-19 para todas las mujeres en edad fértil.

Estas son dos de las conclusiones de un metanálisis con datos de 12 estudios de 12 países, entre ellos España y Estados Unidos, en los que han participado 13 mil 136 mujeres. Los resultados, que también constatan mayores riesgos para los bebés, se publican en BMJ Global Health.

“Nuestros hallazgos -añade- subrayan la importancia de la vacunación contra el COVID-19 para todas las mujeres en edad fértil”.

A pesar de los crecientes conocimientos sobre los riesgos de esta enfermedaddurante el embarazo, muchas mujeres en edad fértil siguen sin vacunarse.

En algunos casos, dudan o se niegan a recibir la vacuna o la dosis de refuerzo porque no creen que el COVID-19 plantee riesgos o no están convencidas de la seguridad de la misma durante el embarazo, recuerda una nota de la universidad estadounidense.

Incluso algunos médicos pueden dudar en administrar la vacuna a una mujer embarazada, aunque esté recomendada, afirma Smith.

Los investigadores escudriñaron datos de mujeres embarazadas de Ghana, China-Hong Kong, Italia, Kenia, Nigeria, Sudáfrica, España, Suecia, la República Democrática del Congo, Turquía, Uganda y Estados Unidos.

Descubrieron que, en comparación con las mujeres embarazadas no infectadas, las embarazadas con infección por COVID-19 tenían un riesgo siete veces mayor de morir durante el embarazo o el parto, y un riesgo casi cuatro veces superior de ingresar en la unidad de cuidados intensivos.

Además, un riesgo 15 veces mayor de necesitar tratamiento con ventilador y 23 veces más probabilidades de desarrollar neumonía.

Respecto a la enfermedad tromboembólica o coágulos sanguíneos, que pueden causar dolor, hinchazón u otras complicaciones potencialmente mortales, el peligro es más de cinco veces superior.

Los bebés nacidos de mujeres con infección por COVID-19 tenían casi el doble de probabilidades de ser ingresados en una unidad de cuidados neonatales; casi tres veces más probabilidades de nacer moderadamente prematuros (antes de las 34 semanas); y un 19 por ciento más de probabilidades de tener bajo peso al nacer.

Pero, a diferencia de los resultados de revisiones anteriores, la infección por covid-19 no se relacionó con un mayor riesgo de mortinatalidad a las 28 semanas de embarazo o más, ni con un crecimiento restringido.

Según Smith, a pesar de los gravísimos riesgos para la salud, más de 80 países siguen sin recomendar que todas las mujeres embarazadas y lactantes reciban la vacuna covid: “Todos los países, incluido Estados Unidos, deberían hacer del acceso a las vacunas COVID-19 una prioridad urgente para salvar vidas y prevenir problemas de salud”.

La investigación fue financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates.

López-Dóriga

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